Las empresas de emergencias médicas alertaron sobre la intolerancia y la violencia que sufre su personal cuando acude en ambulancia a atender un paciente, y pidieron al Ministerio de Seguridad que tome cartas en el asunto. En Rosario, este servicio ya apela a la Policía y a Gendarmería para entrar en lo que consideran zonas de conflicto. Y en Santa Fe instalaron la costumbre, ante el llamado desde un barrio que califican como peligroso, de pedir al paciente que se traslade hasta un lugar que ellos juzguen como seguro. Como trasfondo del problema asoma el incremento de la demanda, debido que "hay gente que usa el servicio de emergencia en reemplazo del médico de cabecera, ya sea por comodidad o por falta de obra social", reveló el presidente de la Cámara de Empresas de Emergencias Médicas de Santa Fe, Adrián Caramuto.

"Hace algunos años, una ambulancia, un médico, era intocable, como una maestra, un sacerdote. Se entendía que llegaba para atender a una persona, para salvar una vida, quizás. Pero ya no. En el último año han recrudecido las agresiones de una manera alarmante. Hay barrios en Rosario en los que no entramos sino es acompañados por un móvil policial o de Gendarmería", reveló el representante de este sector empresario. La violencia denunciada proviene del entorno mismo del paciente que solicita el servicio, y también de terceros ajenos a la emergencia que se atreven a robar o vandalizar la unidad. "La violencia es verbal y física contra el personal, pero también contra las ambulancias, con rotura de vidrios, piedrazos o robos. Han desmantelado unidades de costosos equipos mientras los médicos están trabajando. Además, en la calle la intolerancia es total", describió el empresario que representa a 16 compañías de emergencias privadas, de las cuales 3 operan en Rosario: Ecco, Vittal y Emerger.

La cámara se reunió ayer con el secretario de Seguridad, Marcos Escajadillo, para meter este asunto en la agenda ministerial. Y el funcionario les aceptó que ante cada situación de riesgo requieran el apoyo de una fuerza de seguridad. Para dimensionar el problema planteado, sólo las ambulancias de la empresa con mayor cantidad de abonados, Ecco, realiza más de 1000 salidas diarias.

Puesto a bucear en los porqués del fenómeno, Caramuto lo encuadró como otro síntoma de la violencia que circula en la sociedad actual. Pero también distinguió algunas particularidades. El aumento de la demanda, del volumen de trabajo, por ejemplo. "Hace algunos años, atendíamos más casos en otoño﷓invierno que en primavera﷓verano. Hoy no hay diferencias. La demanda emparejó para arriba, y eso pasa porque mucha gente está tomando al servicio de emergencia como su médico de cabecera, cuando no es esa su naturaleza", observó.

Caramuto dijo que en algunos casos denuncian esas agresiones, incluso si se trata de abonados, pero que no cortan el vínculo comercial porque "una cuestión legal" se los impide. En la ciudad de Santa Fe -contó﷓ las empresas acordaron una nueva regla de trabajo: si requieren el servicio en un barrio considerado como "zona roja", se le pide al paciente, en caso de que pueda hacerlo, que se traslade hasta una estación de servicio o una "zona segura" para atenderlo allí. En Rosario, en tanto, ya toman por costumbre pedir antes una compañía policial.