Sábado, 20 de mayo de 2006 | Hoy
CIUDAD › CUATRO AÑOS DE LA FUNDACION PARA LA TARTAMUDEZ
Hace cuatro años, en abril de 2002, un grupo de fonoaudiólogas de Rosario se propuso crear una institución que, desde un abordaje interdisciplinario, investigara y, a la vez, enseñara, informara e instruyera a la sociedad acerca de las cuestiones vinculadas con la tartamudez de las personas. A cuatro años de aquel emprendimiento, las fonoaudiólogas María Cristina Peyrone, Silvana Perfumo y María del Carmen Sojo, miembros fundadoras de la institución, repasan el trabajo realizado, y destacan una nueva conciencia acerca del tema.
La creación de la Fundación para la Tartamudez reconoce varias y diversas motivaciones, ya que se propuso abordar el tema desde la fonoaudiología, desde la psicología social y, también, desde lo teatralcorporal. Se trató entonces de crear una institución al servicio de la comunidad.
La Fundación advirtió que había un enorme desconocimiento respecto del tema, pero no sólo entre el público no avisado, sino también entre pediatras, docentes y fonoaudiólogas. Empezó entonces un trabajo de divulgación que, por estos días, empieza a recoger sus frutos.
"Hay mundialmente un cambio de criterio, de mirada, en el abordaje de la tartamudez. Y es esa nueva mirada, que nunca había estado difundida, la que nosotros nos proponemos divulgar", señalaron Payerone, Perfumo y Sojo.
"Mucho se ha discutido agregaron acerca del origen de la tartamudez y, años atrás, esas discusiones siguieron el discurso científico del siglo XX. Es decir: primero se privilegió un enfoque organicista del problema, luego uno psicológico, luego uno cognitivo. Todos los enfoques tenían algo de razón, porque en todas estas áreas hay síntomas, pero ninguno bastaba exclusivamente para comprender el tema".
El avance de la neuroimagen permitió descubrir años más tarde que había características funcionales diferentes en los hemisferios cerebrales entre las personas disfluentes. Es decir: se descubrió que existe una base biológica de la tartamudez, algo que predispone a ser disfluente. Luego, por las características contextuales, la tartamudez puede desencadenarse y se sostiene en el tiempo.
Las fonoaudiólogas advierten que es posible hacer prevención y recuerdan que todos los niños pasan por períodos de disfluencia, que luego van a desaparecer, sin tratamiento alguno, en un 85 por ciento de los casos. Pero en otros casos urge restaurar la fluidez antes de que el lenguaje se interiorice con disfluencias.
"Trabajando en las habilidades de fluidez familiares se puede lograr que la tartamudez no se desarrolle, y por eso afirman conviene modificar el viejo consejo de esperar, y, en cambio, consultar a un profesional en el tema".
La Fundación ha realizado una singular tarea de investigación, a través de las tesinas de los estudiantes de fonoaudiología, que dieron cuenta de la aparición de síntomas en el plano motriz, lingüístico, cognitivo, emocional y social. Una importancia notable han adquirido las consultas abiertas que se realizan los terceros jueves de cada mes, a las 19.30, en la Sala de la Cooperación, Urquiza 1537. La intitución también cuenta con una página web: www.fundacionparalatartamudez.cjb
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