"Rosario tiene el mismo número de taxis que hace 30 años, y es necesario comprender el cambio de la ciudad, que hoy es multicéntrica, más turística y con mayor actividad comercial", sostuvo ayer la intendenta Mónica Fein al confirmar que enviará al Concejo el pedido de autorización para sacar a licitación pública 360 nuevas licencias para sumar un diez por ciento de unidades a ese servicio, que hoy cuenta con 3.800 coches. Y en el sector interesado, tanto patrones como peones, se plantaron y hasta se arrepienten del 14 por ciento de aumento de tarifa que entrará a regir mañana. Rechazan la iniciativa --que el Ejecutivo enviará hoy al Concejo de todos modos-- porque alegan que no hacen falta, que no hay posibilidades de hacer más viajes y que perjudicará el sueldo de choferes y la renta de los titulares. "No es así, la actividad es rentable y lo que dicen son intereses sectoriales porque no quieren tener más competencia", los cruzó Pablo Seghezzo, secretario municipal de Servicios Públicos.

El funcionario municipal reveló que la decisión de sumar más taxis a la flota "fue aprobado por unanimidad" en el Ente de Movilidad Rosario, con lo que quiso destacar que entre los que levantaron la mano estuvo el concejal justicialista Osvaldo Miatello, miembro de ese organismo. "La ciudad está atrasada en densidad de taxis, debajo de lo que poseen Córdoba, Mar del Plata, ni hablar de Ciudad de Buenos Aires", argumentó Seghezzo. Y al ser consultado sobre si concluyen en que los titulares actuales de licencias hacen retención de servicio e incumplen con su obligación, dijo que eso el municipio lo sabrá a ciencia cierta cuando se cree el Centro de Monitoreo de Taxis y Remises, otra de las partes del proyecto que enviarán hoy al Palacio Vasallo. "Hasta ahora, en el control que hacemos sobre los relojes, tenemos que alrededor del 70 por ciento cumple con los horarios, el resto no", reveló.

Las licencias que saldrán a oferta regirán por diez años para explotarlas, con la obligación de prestar el servicio en turnos de 8 horas. El 10 por ciento de las 360 chapas se reserva para personas discapacitadas o sus familiares, y serán gratuitas. Un 30 por ciento se asignarán a los actuales peones de taxi que acrediten menos de 3 años en la actividad. Otro 30 por ciento quedaría reservado para pequeños emprendimientos familiares que conduzcan el taxi personalmente, al menos en uno de los turnos. Salvo las de discapacitados, en estos casos cada licencia costaría 42.000 pesos pagaderos en 24 cuotas. Estas categorías se definirán por sorteo ante escribano público. El último cupo, de 30 por ciento también, está dirigido a personas físicas o jurídicas que deseen adquirir licencias por medio de licitación pública, a partir de una base de 47.000 pesos y con la condición de que el auto ofrecido sea 0 kilómetro. Las últimas que se otorgaron tenían un valor de 30.000 pesos.

Los taxistas anticiparon su desacuerdo. "Es una locura, no hay tantos choferes para cubrir las nuevas licencias", opinó Mario Cesca, de la patronal Atti. Desde el Sindicato de Peones, Horacio Boix sentenció que "hasta ahora no hacen falta más chapas, habría que verlo recién a mediados de 2013. Si la situación económica mejora, estaríamos a favor". Y José Iantosca, de Catiltar, fue más allá: "Le bajarán el sueldo al chofer, porque no habrá más viajes, sino un reparto entre los ya existentes", premeditó. Ayer el presidente del Concejo, Miguel Zamarini, apretó: "Si los taxistas quieren, anulamos el aumento", ofreció.

El Ejecutivo también propone la creación de la figura del taxi-escuela: serían unas 10 unidades dedicadas a capacitar nuevos choferes, además de las 360 licencias nuevas. La otra propuesta es crear el primer centro de monitoreo en el Ente de la Movilidad, para fiscalizar por GPS el cumplimiento del servicio de cada unidad. "Esperamos que para el segundo semestre de 2013 podamos incorporar las primeras unidades al sistema", calcuó Seghezzo.