Viernes, 21 de diciembre de 2012 | Hoy
CIUDAD › EL BARRIO DEL OESTE FUE UNO DE LOS MáS CASTIGADOS POR EL TEMPORAL
El agua entró en muchas casas, como la del ex intendente Cavallero. "Hace 22 años que vivo acá y no puedo creer lo que pasó", relató otro un vecino afectado por la inundación. Grandes lagunas se formaron debajo del puente de Circunvalación.
Por Claudio Socolsky
"Esto no es normal", repetía ayer como un mantra José González, un vecino de Fisherton que junto a su hijo no paraban de sacar basura de una boca de tormenta sobre calle Donado donde el agua no escurría e ingresaba inclemente en los típicos chalets de la zona. "Hace 22 años que vivo acá y no puedo creer lo que pasó. Anoche (por el miércoles) la correntada me llevó el auto por Donado y quedó cruzado antes de llegar a las vías", continuó con su relato el vecino, mientras observaba decepcionado cómo corría el agua por una de las principales calles del residencial barrio del oeste rosarino. "Pagamos unos impuestos impresionantes", soltó González, para reforzar su estado de indignación, aunque después intentó bajar los decibeles a sus comentarios al señalar que no le estaba echando "la culpa al socialismo".
Otro grupo de vecinos intentaba destapar las bocas de tormentas en la esquina de Donado y Chassaín y no escatimaban insultos a los automovilistas que intentaban pasar desafiando el agua. Preocupados antes los rumores de "banditas" que se acercaban al lugar con intenciones de robo, los vecinos trataban de buscar alguna explicación que los pudiera convencer de la atípica situación que estaban viviendo.
Las grandes lagunas que se formaron debajo del puente de Avenida Circunvalación sobre Eva Perón, en unos terrenos donde habitualmente juegan al fútbol, sumado a la importante inundación frente al supermercado Coto, fueron para muchos vecinos el argumento principal para apuntarle a las obras de la traza como una de las principales responsables de frenar el normal escurrimiento del agua por las calles y pasajes internos del barrio.
Pero además comentaban que las obras paradas del troncal de cloacas podían tener que ver con la inundación. Lo cierto es que después del mediodía, cuando el clima había mejorado y el pronóstico de precipitaciones era ya un mal recuerdo, la postal se repetía en las veredas y patios de Fisherton. Camas y colchones secándose al sol, hombres y mujeres terminando de sacar el agua que había ingresado a sus domicilios.
"En 50 años nunca vimos algo así, hay que hacer algo", le comentaba un matrimonio a la concejala radical María Eugenia Schmuck, vecina del lugar y damnificada, quien salió al encuentro del cronista para relatar lo que estaba ocurriendo desde que se desató el inusual temporal sobre la ciudad. Más temprano, la edila había compartido por la red social Twitter imágenes tomadas desde la planta alta de su domicilio. "No podemos ni salir", escribía Schmuck.
Al concejal Héctor Cavallero (PPS), también vecino de Fisherton, se le inundó la casa. "A las 5.10 empezó a entrar agua en la casa, y ya todo el resto de las casas estaban inundadas", contó en declaraciones a La Ocho. El ex intendente se preguntaba de dónde salía el agua que corría por las calles de su barrio. "Creo que se tapó el emisario 10, pero además viene agua de Funes, acá esto es una burrada, es mi posición pública porque no entiendo qué ha hecho la provincia junto con la Nación", precisó Cavallero.
Pasadas las tres de la tarde, el agua había escurrido casi por completo sobre las calles afectadas. Los agentes de tránsito apostados sobre Eva Perón y Circunvalación habían liberado la circulación de vehículos normalizando la situación. Mientras aguardaban el reestablecimiento del suministro eléctrico, que se había cortado desde que se desató la tormenta, algunos vecinos comentaban que proliferaban alacranes. "Maté a seis, tengan cuidado", alertaba una mujer a quien quisiera escucharla.
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