Alrededor de 300 familias que habitan precarias viviendas a la vera de avenida Circunvalación serán reubicadas en dos barrios nuevos a construirse en zona oeste. El motivo es la construcción de las colectoras del anillo vial, hoy ocupado por asentamientos irregulares en el que se hacina un millar de personas, en su mayoría desde hace más de tres años, y algunos con más de una década en esa situación. La mudanza, a cargo del Servicio Público de la Vivienda y el Hábitat municipal (SPVH), empezará en los próximos meses, a medida que avance el obrador de los nuevos emplazamientos, para los que el gobierno provincial ha comprometido una inversión de unos 75 millones de pesos.

La construcción de 10 kilómetros de calles colectoras y accesos a cada lado de Circunvalación, entre los cruces de autopista Che Guevara y avenida San Martín, es una obra que la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) empezó en 2009, con un presupuesto nominal de 165 millones de pesos. Pero el avance de la maquinaria vial llegó hasta una realidad insoslayable: cuatro enclaves de casas y casillas arracimadas al pie del terraplén crecieron sobre la misma traza de lo que habrán de ser las arterias auxiliares del cinturón que rodea Rosario.

Los asentamientos a reubicar son la villa La Palmera (entre La Paz y Cerrito), Puente Centeno (detrás del barrio toba, junto a la calle 1821 y la vía), villa La Cariñosa (en la intersección con bulevar Avellaneda), y en Las Flores Sur, paralelo a la autopista Aramburu entre calles 5 de Agosto y 513.

Dos años atrás, la Municipalidad y la DNV acordaron desocupar los bordes de la avenida y reubicar a sus moradores. Desde entonces, los equipos sociales del SPVH relevaron el terreno y visitaron familia por familia para comunicar la situación. Según indicó el titular del organismo, Raúl Alvarez, hoy toda esa población está avisada y registrada para que acceda a una solución definitiva de vivienda.

La obra vial, a cargo de las empresas Benito Roggio SA y Rovela Carranza, comenzará por Las Flores, donde la traza de la colectora se despega unos cien metros de Circunvalación a la altura de la autopista y cruza a esta en puente para volver a aparearse a la avenida sobre el cordón de casillas de chapa y cartón que engordó en el último lustro. La idea es que los vecinos de Las Flores a reubicar estén en sus nuevos hogares el año que viene, y que para el segundo semestre de 2014 se hayan relocalizado todas las familias censadas.

"El asentamiento de Las Flores requiere intervención, y Vialidad se ha comprometido que en cuatro meses ya podría estar trabajando en el lugar", indicó Alvarez. Son unas 70 familias a mudar en un primer momento, pero son 200 en total las que deberán ser reubicadas. Allí el 70 por ciento de las casas son de chapa, un porcentaje alto que denota el carácter reciente del asentamiento. Lo mismo ocurre en Puente Centeno, y en La Cariñosa, donde el 80 por ciento de las viviendas son casillas de chapa y madera. En cambio, La Palmera ostenta habitantes de mayor antigüedad, una urbanización irregular aunque consolidada, a juzgar por el dato de que la mitad de las viviendas son construcciones de mampostería, y algunas en muy buen estado.

El relevamiento municipal censó 976 personas, agrupadas en 305 familias. El 64 por ciento se trata de parejas con hijos, y el 12 son familias numerosas. La mitad son rosarinas o de otras localidades de Santa Fe, 32 por ciento proviene de otras provincias y el 20 por ciento migró desde países vecinos. El análisis de la antigüedad en cada asentamiento arroja que el 37 por ciento se estableció allí hace más de 3 años, un 30 por ciento llegó hace más de 5 años, y el 11 vive allí desde hace más de 10 años. La población que se radicó en el último año es el 9 por ciento.

El corte por el medio de vida de cada familia muestra un predominio de personas que trabajan en servicio doméstico, empleos inestables, construcción, obreros y empleados de seguridad privada. La mayoría trabaja en negro (45,8), sólo el 18,1 por ciento lo hace en relación de dependencia, el 34,7 es cuentapropista, y hay un 1,4 de pensionados. Equivale a decir que el 80 por ciento de esos pobladores están fuera del sistema provisional y cobertura de salud.

Mientras se realizaba el censo, Hábitat gestionó la adquisición de los terrenos privados donde se construirán los nuevos barrios. La ubicación de esas tierras por ahora se mantiene en reserva. Los funcionarios que intervienen en el operativo de relocalización prefieren evitar que ese dato se conozca para evitar maniobras especulativas, incluso la usurpación de esos inmuebles. Entre la compra de los inmuebles la provisión de infraestructura de servicios, la inversión asciende a 75 millones de pesos.

En el diseño del proyecto urbanístico se convino con la Facultad de Ingeniería de la UNR. No trascendieron aún mayores detalles de las características de las viviendas; sólo que serán unifamiliares y con un patio cada una. "Desestimamos el viejo modelo de torres monoblocks porque desnaturaliza el estilo de vida de la propia gente que irá a vivir allí. No definimos aún si tendrán que pagar una cuota simbólica o no", dijó Alvarez. El funcionario valoró hasta con asombro que el proceso no presente conflictos, hasta ahora. "Para los que venimos de áreas más formales, como yo de Planeamiento, nos sorprende el trabajo de los equipos de abordar la gente y decirle, en resumen, que se tiene que ir, que le daremos otra casa y que, llegado el caso, le daremos un subsidio temporario para que alquile. Pero sin embargo, ese objetivo se logró en menos de dos meses y sin contratiempos", aseguró.