"Mi hijo fue usado de escudo humano, porque las balas eran para el dueño del boliche (Diego Vitale)", reveló ayer Julia Fernández, la madre de Alejandro, el adolescente de 16 años que permanece internado en el Hospital de Emergencia Clemente Alvarez (HECA) tras ser baleado a la salida del boliche "Al Diablo". Angustiada, la mujer señaló que quiere que su hijo "salga adelante, porque él no es quien tenía que estar acá adentro, lleno de cables". Y reclamó que el propietario del local bailable -que fue dueño de otros locales nocturnos como el conflictivo Ay Ramírez- "no tenga nunca más un boliche, ni nada parecido". La mujer fue muy explícita: "Yo lo único que quiero es que lo cierren", dijo sobre el local nocturno en el que su hijo fue atacado. Fuentes de la investigación afirmaron que el origen del ataque fue una pelea entre bandas, dentro del boliche, que luego se dirimió con balazos a mansalva, en la puerta.

En tanto, ayer a última hora, tres brigadas de la Sección Seguridad Personal, a cargo de Mariel Arévalo, realizaban distintos operativos en busca de al menos cuatro personas, todas jóvenes. "Estamos trabajando de manera denodada con distintas puntas investigativas, pero hasta ahora podemos decir que se trató de una pelea previa entre bandas, dentro del boliche, que luego se dirimió de esta manera tan tremenda", dijo Arévalo, en plena tarea. El juzgado de instrucción a cargo de Roxana Bernardelli dispuso que Seguridad Personal concentre las actuaciones del caso, en principio compartidas con la seccional 30.

Mientras tanto, y todavía a la espera de mejoras en la salud de Alejandro, Julia señaló --tal como lo hizo en sede policial-- que el propio dueño del local le confío que si no fuera por su hijo, él habría sido alcanzado por las balas. "Gracias a su hijo me salvé", le dijo. "Me cayó muy mal, soy su madre, y él no tendría que estar acá adentro", lamentó.

Alejandro es uno de los cinco chicos baleados en la puerta de Al Diablo, en Baigorria y Superí, el sábado a la madrugada. El joven hacía las veces de relaciones públicas para el boliche de Diego Vitale. "Le llevaba gente al local a cambio de entradas. Así son los chicos", señaló la mujer y cuestionó que Vitale estuviera interesado en volver a abrir su negocio, después de lo ocurrido. De hecho, en sede policial se quejó de la "actitud burlona" con la que el empresario se refirió a la situación del adolescente. Vitale fue también propietario de los conflictivos boliches Ay Ramírez, y Mojo, también en la zona norte.

"Esa noche ellos ya salían; y atrás salió el dueño del local. En ese momento pasaron dos tipos y empezaron a tirar. Y encima (en el boliche) bajaron las persianas cuando empezaron los disparos. Los chicos no sabían dónde esconderse, se ponían detrás de los autos. Y el dueño se metió detrás de mi hijo, cuando le pegaron los dos tiros", relató la madre del chico herido, en LT8. Y lamentó: "No caigo en esto que le pasó a mi hijo, al que crié bien y ahora tiene este problema, no lo puedo entender".

Mientras tanto, Alejandro lucha por su vida en la terapia intensiva del Heca, tras recibir los impactos de bala que fueron disparados desde un Renault 9 que pasó por el lugar, y fue herido de dos balazos en el estómago. Según trascendió, le tuvieron que sacar un riñón y también tiene lesionado el hígado. El último parte sobre la salud del adolescente indica que todavía está "muy delicado", según explicó Julia. "Sé que mi hijo va a salir adelante. Es un chico tan hiperactivo y verlo ahí me rompe el alma", dijo. Y agregó: "Yo sé que mi hijo va a salir adelante, porque es joven, tiene fuerza".

Fuentes judiciales indicaron ayer que las actuaciones todavía están en manos de la autoridad policial, que anoche realizaba distintas diligencis en busca de los autores de los disparos.