Miércoles, 14 de agosto de 2013 | Hoy
CIUDAD › NORMA ACOSTA, SOBRE EL ASESINATO DE UN PIBE POR UN SOLDADITO
"Es mentira que David fue a robar un búnker, él vivía en la pobreza extrema, era adicto, había ido a comprarse un porro y lo mandó a matar el Pollo Bassi, que estaba en una casa de enfrente". La frase pertenece a Norma Acosta, la mujer que viene denunciando a Bassi como líder de una banda que opera en Villa Gobernador Gálvez con complicidad política y policial. La mujer se refería al incidente que la propia fuerza dio a conocer como un intento de robo a un búnker que fue repelido por un menor de 16 años, y que terminó con la muerte de ambos. Según la versión oficial, David Ibba de 23 años intentó asaltarlo y el chico se defendió. "David era mi testigo en el juicio por la chacra de Alvear allanada, donde detuvieron al Japo (en referencia a su ex marido Miguel Saboldi, muerto tras un incidente en la alcaidía). David iba a atestiguar cuando pasara la causa al fuero federal que lo 'chuparon' para poder meter la droga la noche anterior al allanamiento en la chacra de Diego Cuello. Se lo llevaron dos policías el 'Dengue' Ces y el comisario Cabral. David iba a atestiguar, pero ahora lo mataron", remarcó Acosta.
La mujer aclaró que David Ibba era el esposo de la prima de Japo Saboldi, y que la noche anterior al operativo policial, estaba en la finca cuidando los animales.
Lo concreto es que a raíz del tiroteo del domingo murieron Jesús María Santa Cruz, de 16 años, quien fue presentado por la policía como un soldadito del quiosco de venta de drogas; y David Saúl Ibba, de 23 años e integrante del grupo de atacantes.
La tremenda balacera se desató frente a un búnker de José Ingenieros 68, una calle de tierra de Villa Gobernador Gálvez, con zanjas a cielo abierto y a unos veinte metros de un asentamiento precario del barrio Costa Esperanza. En ese escenario, misteriosamente, la policía no halló armas ni drogas.
El relato periodístico asegura que eran cerca de las 20 del domingo cuando se escucharon numerosas estampidas. Según la reconstrucción policial, al menos dos personas llegaron en un auto blanco hasta las puertas del búnker. En su interior estaba el pibe Santa Cruz junto a otras personas que no fueron identificadas y que escaparon, presuntamente llevándose la droga que estaba fraccionada para la venta. Lo cierto es que en escasos minutos se desató una infernal balacera.
Al parecer los recién llegados intentaron ingresar al quiosco y el soldadito decidió ofrecer resistencia. Entonces intercambiaron balazos por doquier. Uno de los proyectiles atravesó la cabeza y le perforó el oído derecho a Santa Cruz, quien se derrumbó al suelo y su vida se apagó en escasos minutos. En tanto, uno de los agresores fue alcanzado por tres balazos: David Saúl Ibba recibió un plomo en la espalda, otro en el codo y uno más que le perforó la clavícula. En la escena del suceso los policías sólo encontraron seis vainas servidas de calibre 9 milímetros.
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