CIUDAD › PREOCUPACIóN EN FUNES TRAS EL HALLAZGO DE LA COCINA DE COCAíNA.
El operativo que dirigió Sergio Berni en persona y terminó con el decomiso de 300 kilos de pasta basa de cocaína, puso en alerta a esa ciudad. Las advertencias que se hicieron desde el municipio y la ecuación de venta y blanqueo en propiedades.
› Por Pablo Fornero
Albergar la cocina de drogas más grande del país generó un revuelo inusitado en la localidad de Funes. Sus características naturales, las casas quintas que aloja y el boom constructivo que la define, la convierten en un sitio atractivo para bandas delictivas de este tipo. Venta y blanqueo, es la ecuación que cierra el negocio. Apenas un día antes del Operativo Flipper, un concejal local había alertado sobre la aparición de actividades "vinculadas al tráfico de drogas" en la ciudad. Asimismo, desde el Municipio le notificaron al gobierno provincial de la existencia de varias propiedades dedicadas a la comercialización minoritaria de estupefacientes. En tanto, la secretaria de Delitos Complejos Ana Viglione reconoció que la investigación que se había iniciado contra el clan Zacarías puede tener más derivaciones en el Jardín de la Provincia.
El jueves, cuando se concretó el hallazgo de los 300 kilos de pasta base y cocaína, no fue un día fácil para las autoridades funenses. "Estamos sorprendidos de la magnitud del operativo y la cantidad de droga", admitió el secretario de Gobierno Gonzalo Miranda Aguiar, en diálogo con el medio local InfoFunes. El segundo en escala detrás de la intendenta Mónica Tomei, recibió varias llamadas telefónicas de funcionarios del Ministerio de Seguridad descolocados por el operativo y ávidos de conocer novedades. El único contacto que tomó con la división Drogas Peligrosas de la Federal fue para resolver quién se hacía cargo de la casa luego del desmantelamiento, ya que no se podía dar con el titular de la propiedad, llamado Jesús Pérez, quien había puesto en alquiler el inmueble donde se encontraban las dos cocinas laboratorio operadas por la familia Zacarías.
La palabra narcotráfico es casi un tabú en Funes, a pesar de que en los últimos dos meses se descubrió la existencia de dos viviendas pertenecientes o relacionadas a la banda Los Monos, grupo delictivo investigado por comercialización de drogas en Rosario. En los inmuebles no se halló droga, pero tendrían relación con el incremento patrimonial del clan Cantero. No se descarta, a la vez, que existan en la ciudad otras propiedades adquiridas para blanquear el dinero que ingresa por el narcotráfico. Casualmente, un día antes de la detención de los Zacarías, el edil peronista Mauro Míguez había alertado sobre la aparición de actividades "vinculadas al tráfico de drogas". El concejal tampoco se esperaba el Operativo Flipper, aunque tenía datos de otros hechos vinculados a la venta de drogas en menor escala.
En ese sentido, Miranda Aguiar afirmó que desde el Municipio trabajan "con la policía y la justicia para que intervengan en algunos lugares donde vecinos y la propia policía han denunciado que puede haber venta de droga". No son bunkers como habitualmente se los conoce, construcciones pequeñas y precarias. Todo lo contrario, son viviendas constituidas "sospechadas" de ser lugares de venta minoritaria de drogas. El titular de Gobierno le solicitó una reunión a la subsecretaría de Delitos Económicos de la Provincia Margarita Zabalza para trasladarle su preocupación por las "demoras en las investigaciones, lógicas que tiene la justicia".
Una de las casas investigadas y sobre la cual pesan "sospechas fuertes" se encuentra en pleno centro de Funes, en calle Elorza al 1.400, frente al club San Telmo. A los movimientos extraños que observan los vecinos, con temor a denunciar, se sumó a mediados de agosto un tiroteo entre dos bandas un día de semana a media tarde, cuando un numeroso grupo de chicos practicaba básquet dentro de la entidad deportiva. Dos jóvenes a bordo de una moto efectuaron cuatro disparos según el relato de vecinos contra unos jóvenes que se encontraban en la puerta de la casa sospechada. La pericia policial encontró las ojivas y dos impactos en una puerta y una ventana de la vivienda.
El Inspector Zonal Marcelo Villanua minimizó el hecho y lo describió de la siguiente manera: "Es una vieja disputa, cosa de jóvenes, hubo un incidente que comenzó hace un par de años atrás, cosa de chicos, gente que es oriunda de Funes y gente que vino a vivir aquí. Fue tomando otro color, cambiando de matiz, hasta este incidente grave". Contradicen su versión los funcionarios municipales y el edil Miguez, quien aseguró que "la calle dice otra cosa" y calificó a su vez de "insuficientes" las respuestas del policía.
Siempre apoyado en denuncias de vecinos, Miranda Aguiar reconoció públicamente el "indicio" de que en otros puntos de la ciudad se comercializan estupefacientes a menor escala. Habló del barrio Villa del Sol, zona oeste y en la entrada este a la ciudad, a la altura del barrio Villa Golf. Con dicha información recibida, el Municipio elaboró un listado y lo trasladó al Ministerio de Seguridad.
Viglione, en tanto, vivió en Funes y conoce la realidad y el crecimiento exponencial que la caracteriza. Sin dar mayores precisiones, la funcionaria reconoció que pueden encontrarse más inversiones de los Zacarías en Funes. "Hay cosas para seguir investigando, claramente sí. Funes ha tenido un crecimiento económico importante, evidentemente algunas bandas han hecho algún tipo de inversiones ahí", señaló, recordando la investigación que pesa sobre los Cantero. Aunque fue cautelosa: "Hay que ser cuidadosos, hay gente que tiene sus ahorros y que trabaja toda su vida para tener un terreno".
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