El juez Juan Andrés Donnola procesó a un hombre que abusó de su hija por más de siete años. Ahora irá a juicio por "abuso sexual con acceso carnal agravado y corrupción agravada de menores". La propia víctima fue quien hizo la denuncia el 25 de abril pasado. Dijo que su progenitor abusaba de ella desde que tiene ocho años. Según expresa el fallo, el abusador le decía que hacía eso "para protegerla o para cuando tuviera la primera relación sexual".

El hombre la sometía cuando su madre trabajaba y sus hermanos dormían, aprovechando la hora de la siesta. Tras aguantar desde la niñez los sometimientos de su padre, hacia ella y una hermana que luego falleció en un accidente de tránsito, la chica se animó a recurrir a la Justicia, luego de relatarle su situación a una docente. En su denuncia, la joven indicó que el agresor le ponía "una almohada en la cara para no observarla". También aseguró que su padre "eyaculaba en la mano". La jovencita manifestó "vergüenza" y "miedo" hacia esa persona que permanecerá presa.

A los 15 años, la chica se puso de novia y mantenía relaciones con el muchacho, mientras que su padre "seguía abusándola". Según expresa el fallo, éste "le decía que si contaba algo, nadie le iba a creer porque a ella le gustaba". Recién a los 17 años, la joven pudo irse de la casa, a los de una hermana mayor a quien pudo contarle los aberrantes episodios. Al describir el perfil del progenitor, la joven habló de "una persona violenta que siempre los maltrataba y los trataba como animales; que para ese tiempo su madre era una persona alcohólica y no se entrometía. Refiere que tanto maltrató a sus hermanos que se tuvieron que ir de la casa".

La víctima dijo que no fue la única persona abusada por él, sino que "también hubo otras chicas: su hermana y sus dos amigas". Ahora, la joven es asistida por profesionales del Instituto Municipal de la Mujer.