CIUDAD › CóMO OPERA EL REPRESENTANTE DE JUGADORES PROCESADO POR LAVAR DINERO DE LOS CANTERO
El juez Vienna consideró que Francisco Lapiana es el encargado de ingresar al circuito legal el dinero de la asociación ilícita investigada en la causa de Los Monos. Además de Angel Correa, de San Lorenzo, tiene "otros 100 chicos".
› Por José Maggi
El juez de instrucción Juan Carlos Vienna procesó esta semana a Francisco Lapiana como lavador de dinero producido por la asociación ilícita investigada en la causa de Los Monos, en la compra y venta de jugadores de fútbol. El magistrado está convencido que el pase de Angel Correa, jugador de San Lorenzo, está dentro de esas operaciones, y decidió mantener el embargo frente a las posibles operaciones de transferencia al fútbol europeo. "Es que la gente de San Lorenzo aún no se presentó a explicar con claridad y con papeles en la mano la situación", repitió el juez a sus colaboradores. El propio Lapiana en su declaración formal tampoco despejó dudas. Todo lo contrario: enumeró un listado de jugadores -algunos más, otros menos conocidos- a los que representa y asiste económicamente. También en su ponencia puede analizarse el descarnado mundo de los intermediarios futbolísticos, los manejos de expectativas y dinero, así como sus fuentes de financiamiento. De todos modos, Lapiana parece estar tranquilo: el mismo día de su procesamiento, fue requerido por el juzgado pero no fue hallado en su domicilio, por lo cual se dictó la orden de captura en su contra. Recién allí, su abogado defensor respondió que " estaría en Mendoza y se presentaría el lunes". A continuación, el descargo de este hombre de 57 años, con historial por estafas varias, y contactos fluídos con la familia de Las Flores que ocupa la tapa de los diarios en los últimos años.
El 8 de Octubre de 2013 Francisco Lapiana se sentó frente al juez Vienna para negar los hechos que se le imputan. Así aseguró que al jugador de fútbol Angel Correa se lo trajo un señor César Ibalo -era el técnico de Correa en el Club "6 de Mayo", ubicado al costado del barrio La Granada-, que lo estaba criando en Las Flores y se había ido a vivir con él al Distrito Sudoeste después de la muerte del papá de Correa.
Como Ibalo sabía que Lapiana había vendido al jugador Ever Banega, le pidió que "le de una mano porque no le alcanzaba el dinero para mantenerlo al nene". A continuación, Lapiana señaló los destinos que tuvo Correa (Tiro Suizo, River Plate), las gestiones y el juicio entablado por el abogado Guillermo Strazza -a quien contactó Lapiana, según sus dichos- para sacar a Correa de River por pedido directo de la madre, en el año 2007; la firma del primer contrato entre la madre de Correa, Marcela María Martínez, y el propio Lapiana, que se convirtió en el mánager del chico, por dos años, mientras le pagaba un dinero y a cambio se hacía del 100 por ciento de los derechos".
Sin embargo su descargo, el procesado intermediario explicó que ese porcentaje al vender al jugador a un club de primera resultaría en un 20 por ciento. También aseguró que la renovación del acuerdo en el año 2009 fue firmado por una abogada "porque no soy representante, no puedo actuar ante la Fifa". Sin embargo, este contrato no fue presentado.
En su descargo, Lapiana recordó que Correa tuvo una breve estancia en Boca Juniors, para finalmente llevarlo a San Lorenzo. "Fue con la promesa de que me darían el 50 por ciento, al final arreglamos por el 40", agregó.
En su declaración, el "cazatalentos" reconoció la venta del 10 por ciento de Correa y de otros jugadores -Yair Marín y Tomás Jesús Machado, a quienes Lapiana dice haber comprado a Central Córdoba- que efectúa el imputado al representante Agustín Jiménez. Dijo que el contrato se firmó con el padre Miguel Angel Luis Jiménez, dado que según el imputado es el padre el dueño de todo y "al hijo lo tiene para hacer mandados".
Lapiana también reconoció "el pago de gastos varios de Correa (aludiendo al contrato y al pago del alquiler de su departamento hasta el presente), y afirmó que "el departamento está alquilado a su nombre, en Caballito, es amueblado, que con impuestos y todo suma 6000 pesos por mes". Es más, señaló que puso como garantía una propiedad en calle Sarmiento Nº 2575 la cual está a nombre de mi señora Griselda Garaffa.
De igual manera, el cazador de nuevos valores futbolísticos reconoció que a Correa "a veces lo veo dos veces en la semana, pero a veces no lo veo por dos meses. Tengo una buena relación, pero soy muy frío con todos los pibes, tengo una relación laboral" confesó.
A renglón seguido, aseguró que actualmente tiene un contrato vigente firmado con San Lorenzo, "está en AFA y todo, en este contrato se dice que yo tengo el 30 por ciento de una futura venta y Jiménez tiene el 10, ahí no aparezco yo sino una sociedad paraguaya que tengo yo y se llama Mauricio S.A". Esa situación se debe a un pedido de quiebra que tiene en Argentina, "gracias al abogado Strazza", "desde hace unos 6 o 7 años ". Y explicó: "También soy Paraguayo, tengo las dos nacionalidades".
En su defensa, Lapiana negó tener mayores propiedades. Sí reconoció la de Sarmiento 2575, que está a nombre de su esposa. "Es una casa de dos plantas, con un local alquilado abajo", dijo. También admitió tener una vivienda en Presidente Roca 4252, así como un auto VW Fox a nombre de su mujer y -lo más llamativo- 18 camiones en Paraguay a su nombre y de Oscar Barreto -un amigo que vive en aquél país- comprados en un remate en el año 2004. Aseguró que no tiene otros bienes.
En cuanto a su actividad vinculada a los jugadores de fútbol, describió: "Me levanto a la mañana, no me peino porque no tengo pelo, agarro el autito, me voy a los pueblos los sábados y domingos y veo los partidos. Me gustó un jugador, lo hablo al padre para que saque el pase del club, lo llevo a los clubes de Buenos Aires, los dejo una semana allá para que los prueben, si quedó, tengo todo el año para sacar el pase, es decir para que me entreguen el pase del club del cual venía el chico. Esto lo hace el padre del chico, el padre le saca el pase al club y me lo entrega a mí, yo arreglo un porcentaje y le entregó el pase al club grande, el club grande hace el convenio y después espero".
Lapiana reconoció que a veces sale a buscar con gente de los clubes, ya sea de San Lorenzo, de Lanús o de River; que a veces el club da algo de dinero para los gastos pero todo es informal, que a veces "algún dirigente se enamora conmigo y me pide que le lleve todos los jugadores a él", que eso es lo que sucede actualmente en San Lorenzo.
Dijo "no recordar todos los jugadores que tengo actualmente en carpeta, debo tener más de 100 chicos", y que sobre muchos de ellos todavía no tiene convenio alguno con los clubes, pero sí contrato con los padres o el jugador.
Lapiana reconoció a casi todos los integrantes de la familia Cantero. Narró que -aunque no detenta ninguna función formal- maneja de hecho el Club Alianza, ubicado en Gutiérrez entre Moreno y Balcarce, a una cuadra de Oroño. "Yo en el club hago de todo, le aporto económicamente, ayudo a sostenerlo, lo arreglo, arreglo con los clubes para que le pongan plata".
En el mismo sentido recordó que "los Cantero iban siempre, hacían asados, jugaban al fútbol, hasta seis meses atrás o más, luego de lo cual no fueron más". Narró también que los Cantero "hicieron una canchita en La Granada y hacían torneos, esto no tenía nada que ver con el Club Alianza". En particular, dijo conocer al "Pájaro, a uno que le dicen Monchi, al padre que le decían Ariel y vino una sola vez, también al "Guille" que vino una sola vez". Y agregó que "el que más iba era el Monchi", que incluso le dijeron que era le propietario de una canchita que hicieron.
Según reconoció, Lapiana habla con cualquiera y no tiene problemas con nadie, y que incluso unas cinco veces fue a la casa de Monchi, en el barrio La Granada, a dos cuadras de la canchita, unas diez veces a la casa del "Pájaro", que vivía en una casa amarilla -allí dice que nunca entró, siempre se quedó afuera tomando mate-, donde también estaban el padre y la madre y hasta dos loros.
El imputado aseguró en su descargo que con las mujeres de la familia Cantero no habló nunca: "son todas mudas, no hablan nunca". Sin embargo reconoció que "a veces hablaba con el Pájaro y con Monchi, de pavadas, del tiempo, de cosas de la vida, pero con Guille "casi nunca y con el padre tampoco". Y recordó que "una vez fui a comer un asado con ellos, no fue en la casa amarilla, fue en otro lado, a una cuadra de la canchita en la otra dirección". Afirma el imputado Lapiana que "no tenía ningún trato de negocios con ellos", que no tenía vinculación comercial alguna, que su negocio con los jugadores de fútbol es sólo suyo ("para qué voy a compartir?", se pregunta) y que no cumplía órdenes de ninguno de los Cantero. Agrega: "no tengo amigos, no estoy nunca en mi casa, mi relación con ellos no era tampoco de amistad, simplemente conocidos".
El imputado Lapiana asimismo manifestó conocer a "Mariano 'Mentirita' Ruiz" que anda con los Cantero, incluso iba con ellos al Club Alianza. En esa línea recordó que "un día estábamos comiendo asado y me preguntó si tenía una propiedad, yo le cuento de la casa de calle Sarmiento 2575, él me dijo que le dé los planos e iba a hablar con una empresa constructora para construir más pisos, yo le di los papeles y nunca más lo vi".
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