Jueves, 6 de marzo de 2014 | Hoy
CIUDAD › CúSPIDE LIBROS SE COMPROMETIó A MANTENER A LOS EMPLEADOS
La sangre no llegó al río en la Librería Ross. Luego de que los trabajadores amanecieran en guardia ante la sospecha de una maniobra para vulnerar sus derechos laborales en el cambio de firma, una audiencia en el Ministerio de Trabajo con el patrocinio de la Asociación Empleados de Comercio derivó en la firma de un acta con la nueva empresa, Cúspide Libros SA, en la que la patronal se comprometió a mantener "condiciones de trabajo preexistentes, como lugar de trabajo, bloque horario, categoría profesional, antigüedad y salarios, como piso mínimo".
Ayer quedó formalizado el traspaso de los casi 30 empleados de la tradicional librería de peatonal Córdoba a la cadena nacional del rubro que controla el Grupo Clarín. A primera hora de la jornada, el personal se abroqueló en la puerta del negocio, apoyado por dirigentes de la entidad gremial que los contiene y con la presencia de un escribano e inspectores de la cartera laboral "para garantizar el ingreso de los mercantiles". El aviso inicial de la nueva empresa a cargo imponía a los empleados que enviaran su telegrama de renuncia aunque se les prometía preservar la antigüedad. El asesoramiento gremial abortó esa maniobra que hubiera dejado vulnerables a los trabajadores, y el conflicto inminente se detuvo en las puertas de una audiencia convocada a las 11 en la delegación Rosario del Ministerio de Trabajo.
El encuentro de partes obligó a los representantes de Cúspide a dejar por escrito lo que prometían de palabra. "Exigimos que se respeten los derechos adquiridos por los trabajadores y sus derechos al empleo, extendiendo la propuesta presentada por Cúspide al 100 por ciento de los trabajadores, sin ningún tipo de exclusiones", indicó el secretario gremial de la AEC, Juan Gómez. La reunión fue presenciada por un representante de la ex dueña, Silvina Ross, quien no objetó los términos del acta.
los empleados respiraron aliviados cuando el funcionario leyó el borrador del acta con el compromiso explícito de la empresa a mantener la antigüedad y los salarios que venían percibiendo de Ross.
Había cundido el alerta a mediados de febrero cuando Rosario/12 reveló inconvenientes de pago en la librería, con los primeros rumores de venta como mar de fondo. La hasta ese momento propietaria del comercio minimizó el asunto y lo atribuyó a "un ataque informático". Mientras tanto, Empleados de Comercio denunciaba el traslado de mercadería y otros bienes de la librería a un depósito de Salta 2250, donde funciona Interlibros SRL, empresa en la que Silvina Ross participa y que se dedica a la distribución mayorista de material bibliográfico.
El viernes pasado, abogados en nombre de Cúspide repartieron una nota en el que se les pedía que enviaran al día siguiente el telegrama a Librería Ross manifestando su renuncia. "Intervinimos de inmediato como gremio para abortar esa maniobra", señaló Gómez.
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