El fiscal Florentino Malaponte realizó ayer una reconstrucción del hecho que terminó con la vida del comisario Guillermo Morgans, durante el robo al local de su hijo, en Rodríguez al 200. El jefe de Balística de la UR II Gustavo Colombo encontró allí un nuevo disparo en una caja de cartón del depósito, aunque sigue sin aparecer un tercer plomo que había sido disparado por el revólver que alcanzó a tomar en una de sus manos Morgans antes de ser rematado en el piso con un tiro en la frente. La medida fue propuesta por los peritos balísticos designados para la investigación del crimen del jefe de Unidades Especiales de la Unidad Regional II, con la idea de establecer datos específicos sobre el tiroteo y el robo.

Según confirmó el fiscal regional Jorge Baclini, en el procedimiento estuvo presente el hijo de la víctima fatal y dueño del Pago Fácil y minimarket, Leonardo Morgans, único testigo directo del asalto que terminó con la muerte de su padre. Rebote de disparos, dirección y distancia de los mismos, y cantidad de impactos en paredes y muebles, entre otros puntos de pericia, fue lo que intentaron establecer ayer los investigadores. Además, se buscó dar con más cámaras de seguridad en la zona que hayan tomado la huida de los autores.

El fiscal Baclini indicó que el trabajo de ayer, supervisado por Malaponte, tuvo que ver con "determinar bien la mecánica del hecho. Hubo varias reparticiones policiales participando, también estuvo el médico forense, y se hizo una verificación más exhaustiva en general".

El fiscal reconoció que están siguiendo dos o tres líneas de investigación concretas con el resultado del análisis de múltiples cámaras de seguridad que fueron aportando los vecinos de la zona.

La investigación va a quedar a cargo de los dos responsables de la Policía de Investigaciones Luis Bruschi y Daniel Corbellini.

Malaponte en diálogo con Rosario/12 especificó que "de acuerdo al relato del hijo de Morgans el dinero sustraído podría rondar los cinco mil pesos porque estaban contando el dinero de la caja del Pago Fácil". Morgans fue ultimado de dos disparos, uno de ellos en la cabeza, cuando intentaba defender a su hijo, dueño del comercio de barrio Pichincha, donde ingresaron dos hombres jóvenes a robar lo recaudado. Los asaltantes maniataron al hijo de Morgans y a él intentaron encerrarlo en la parte trasera del local tras pegarle culatazos en la cabeza. Cuando el jefe de Unidades Especiales se identificó como policía, comenzaron los disparos, y aunque Morgans intentó repeler el ataque, fue alcanzado por dos balas mortales.