CIUDAD › SINDICATO DE MúSICOS Y BARES CULTURALES EN EL CONCEJO
La Comisión de Gobierno del Concejo Municipal recibió a los actores involucrados en la discusión por la modificación de la ordenanza de Espectáculos Públicos. Ayer fue el turno de los representantes del sindicato de Músicos y de los bares culturales de Rosario. Mientras los músicos plantearon que son víctimas de la precarización laboral y pidieron avanzar en defensa de la fuente de trabajo, los referentes de los espacios culturales quieren impulsar una figura de rubro específico para la actividad. Sí hubo coincidencias a la hora de reclamar que en la normativa se revea el tema de los decibeles permitidos para no generar ruidos molestos. "Cualquier esquina de Rosario supera los niveles que marca una ordenanza que es de 1972", precisaron.
En dos turnos, los concejales Jorge Boasso (UCR), titular de la comisión, y María Fernanda Gigliani (PPS), junto a asesores de los diferentes bloques políticos del Concejo, recibieron ayer en el Salón de los Acuerdos del Palacio Vasallo a representantes de músicos y bares culturales. "Existen contratos de eventualidad que legitiman la profesión pero en los lugares más chicos es más difícil ordenarlos con todos los riesgos que eso implica, ante la falta de un marco que establezca derechos para la persona que está realizando el trabajo", señalaron desde el sindicato de músicos.
El tesorero del gremio, Hugo Vitantonio, que junto al secretario General, Claudio Rosa, participó del encuentro, indicó que solicitaron que dentro de la documentación que se pida a los titulares de los lugares donde se realicen actividades musicales estén los contratos de los músicos.
Otro de los temas que se trataron en la reunión fue el de las inspecciones. "Detrás de cada clausura, de cada decisión regulatoria, hay una gran cantidad de gente que trabaja y es muy importante preservar los lugares de trabajo que no son tantos para los músicos en Rosario", planteó Vitantonio.
Posteriormente, los ediles recibieron a representantes del Bar Olimpo, Distrito Siete, La Chamuyera y del Centro Cultural El Espiral, que integran Espacios Culturales Unidos de Rosario (ECUR). Este sector impulsa una figura de rubro específico para la actividad, que no se dá solamente en la noche sino que también realizan talleres, muestras, cursos, y demás actividades culturales durante el día.
Tomás Monteverde, de Distrito Siete, señaló que la discusión que ellos quieren trasladar respecto a la preocupación por la producción cultural está "medio difusa entre la discusión de la noche, los boliches y los ruidos molestos". Al igual que los músicos, otra de las preocupaciones manifestadas por los representantes de los bares culturales está relacionada con los controles mientras se discute la nueva ordenanza que, según estimaron, podría aprobarse a fin de este año.
"Teniendo en cuenta que hay una cantidad de actores reconociendo que la legislación vigente ya no da para más, es contradictorio estar planteando los niveles de control que se están manejando. Nos parece importante que también se pueda abrir un diálogo con el municipio para conocer las ideas que tengan para nuestros espacios y para todos los lugares en general", agregó Monteverde.
La ronda de consultas continuará con representantes de los sindicatos de los agentes de control y permanencia, especialistas en sonido, vecinos y jóvenes. De las reuniones ya pasaron la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica, confiterías bailables y productores artísticos.
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