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Las comisiones directivas de dos clubes hermanos, en el barrio La República, denuncian que ambas instituciones y sus dirigentes son blanco de una escalada de amenazas y agresiones que el domingo pasado alcanzó el extremo de un ataque a balazos contra el domicilio de la presidenta y del síndico de uno de ellos, El Federal, en Zeballos al 4600. Y sus sospechas apuntan al negocio de la distribución de drogas en ese sector de zona oeste, sin descartar que haya involucrados miembros de una fuerza de seguridad. "Nuestro proyecto de inclusión social, del rescate de los clubes como espacios de encuentro de los vecinos molesta, hemos afectado ciertos intereses que antes estaban consolidados en el barrio", denunciaron. Y nada bueno esperan de la policía en este aspecto.

Es que el domingo a las cinco de la tarde, cuando el sol había ahuyentado todas las almas de esas cuadras, una andanada de disparos retumbaron para sorpresa y angustia de quienes una hora antes habían estado en el club barrial de insignia roja. El blanco fue la casa que habitan Daniela Giménez y Nicolás Rigatuso, cerca de la sede social. Ellos habían salido un rato antes. Pero algunos balazos perforaron la puerta y una ventana, y dejaron su marca en las paredes de las habitaciones, a la altura del pecho de cualquier persona que hubiera estado allí.

Los directivos del Federal y de El Luchador -﷓en Lima 1350-﷓ relacionaron esas balas con otras situaciones anteriores. "Veníamos de recibir amenazas de tanto en tanto, persecuciones a compañeras, y a principios de año entraron a robar a El Luchador, y un mes después lo hicieron en el Federal. Y en ambos casos los ladrones fueron primero a buscar las CPU de las computadoras, papeles, nos robaron violines, un cello, instrumentos de la orquesta popular del barrio. Y la caja fuerte no la tocaron. Un mes más tarde entraron a robar a la casa de un dirigente de El Luchador, le robaron unas notebook. No fueron hechos de inseguridad, quisieron intimidarnos, desanimarnos. Es evidente que hay una estructura organizada que, al margen de a quienes mandan a hacer eso, ordena esto porque los clubes así como están hoy les molestan su negocio", narró Matías De Paoli, del club de calle Zeballos, donde sacaron todo a la luz con una conferencia de prensa. "Quieren detener la noción de territorio que construimos día a día. Estos grupos minoritarios que hoy caminan impunes por nuestro barrio fueron los responsables de arrebatarnos los sueños enlos 90. Se sienten amenazados por la fortaleza de nuestros vecinos, por el crecimiento de nuestra organización y por la profundización de nuestro proyecto artístico, deportivo y económico popular", denunciaron.

Al Federal lo fundó en 1943 el hermano del vecino que en 1932 fundó El Luchador. Después de los '70 ambas instituciones estuvieron cerradas, con las llaves saltando de un vecino a otro. En los '90 el Federal fue copado por un grupo de personas vinculado al menudeo de drogas y juego clandestino, con policías incluidos. "Era habitual ver el patrullero estacionado frente a la puerta y los canas tomando porrones adentro", contaron los memoriosos vecinos. Cuando en la década pasada se rumoreó la intención de liquidar el predio para construir una torre de departamentos, otro grupo de vecinos --los adolescentes de aquel entonces-- lo impidió, formó comisión con personería jurídica y lo sacó a flote. "Los vecinos organizados tocamos intereses, porque les sacamos los soldaditos, porque también le sacamos consumidores, y eso les molesta. Se vieron derrotados porque no pudieron corrernos, ni lo van a lograr", afirmaron los dirigentes de ambos clubes, unidos ayer en la conferencia.

Las dos instituciones están en jurisdicción de la seccional 6ª. Consultados los vecinos, aseguraron que nadie de la policía se comunicó de oficio ante la serie de ataques y amenazas. Ellos tampoco lo esperaban.