Martes, 20 de enero de 2015 | Hoy
CIUDAD › LA CONSTRUCCIóN PRIVADA MANTIENE EL NIVEL DE INICIATIVA DESDE 2012
En 2014 se autorizaron 2.274 permisos para construir
631.000 m2. Aunque fue el período más bajo desde 2005,
los números marcan una recuperación de la actividad.
Por Luis Bastús
La construcción privada en Rosario cerró 2014 con 2.274 permisos de edificación tramitados para generar más de 630.000 metros cuadrados nuevos. Este nivel todavía es inferior a los números que el sector generó en 2013, incluso es el más bajo desde 2005, pero los constructores prefieren la mitad llena del vaso y rescatan "la recuperación de la actividad a partir del segundo semestre del año". Para la Municipalidad, está bien: "Es un buen ritmo de crecimiento urbanístico, es sustentable, a diferencia de 2007, cuando se aprobaron más de 1 millón de metros cuadrados y fue un caos", comparó el subsecretario de Planeamiento, Eduardo González.
Un detalle de la Municipalidad de Rosario exhibe la evolución de los permisos de construcción otorgados por la Dirección de Obras Particulares. El año osciló entre 500 y 600 pedidos gestionados por trimestre, y cerró con un total de 2.274. Esta cifra sólo supera a la marca de 2011, cuando el municipio expidió 2.024 permisos. Sólo que ese año se autorizaron 766 mil m2, y el año pasado fueron 631.458 m2.
"Este es el promedio habitual y normal para Rosario: 600 mil metros cuadrados por año, y creo que para la realidad que se vivió en 2014, Rosario mostró que tiene todavía su propio impulso y posibilidad de seguir haciendo desarrollos inmobiliarios. Sumado a la actividad en obra pública, terminó siendo un año que arrancó en el primer semestre muy a la baja y terminó con valores favorables hacia fin de año", evaluó Ricardo Griot, presidente de la delegación local de la Cámara Argentina de la Construcción.
En la última década la construcción marchó al ritmo de la economía macro, pero también de factores propios del quehacer local. Tal fueron los años en los que se discutió y se acabó por sancionar las distintas etapas del nuevo Código Urbano municipal. Ante la restricción en ciernes para edificios en altura y otras limitaciones en el área central, y la consecuente apreciación del suelo en los anillos perimetrales, las constructoras apuraron proyectos e inversores y corrieron a las oficinas municipales a acumular permisos de obra antes de que cambiaran las reglas de juego. Eso se comenzó a experimentar desde el segundo trimestre de 2006, cuando la cantidad de permisos saltó de 2.678 en 2005 a 3.073, y los metros cuadrados autorizados pasaron a ser 644.000 a 904.000 de un año para otro. En 2007 la plaza rosarina alcanzó el pico, con 3.324 permisos y 1.161.454 m2. Lo mismo sucedió en 2008, antes de que el mercado acusara la ralentización económica: 3.170 permisos y 1.075.685 m2 ese año. De ahí en adelante, el ritmo vino en descenso, hasta amesetarse desde 2012 hasta hoy.
"Ese ritmo de crecimiento es sustentable en todo sentido, en lo urbanístico y también en la demanda de personal. Es lo adecuado. Lo que ocurrió en 2007 fue un caos, por eso este nivel de 2014 estuvo bien. Lo crítico fue el período entre 1999 y 2002, cuando se aprobaron entre 100 mil y 200 mil metros cuadrados", recordó González.
"En 2014 se mantuvo el promedio. Lo de 2007 quizás fue por el cambio del Código Urbano, entonces algunas empresas estockearon permisos y marcaron un pico, pero el promedio de los últimos 10 años son 600.000 metros cuadrados", mensuró Griot.
El dirigente del sector sopesó que en un año electoral la actitud de las inversiones privadas suele ser desensillar hasta que aclare, pero afirmó: "Hay muchos proyectos lanzados, sobre todo en obra pública, que se van a ver en ejecución este año (electoral), más la actividad privada que sigue vigente. Los permisos marcan el futuro más que el presente. Hay muchas obras en construcción, no hay obras detenidas", celebró Griot, quien integra la CAC desde su empresa Pecam, que ayer tuvo la cotización más baja en la licitación por la construcción de un complejo de viviendas (ver página 4). Respecto de la obra pública, dijo que la cadena de pagos funciona dentro de los 60 días convenidos. "Es complejo pagar a 60 días en un país con inflación, pero es lo contractual", aceptó.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Santa Fe señala que el año pasado cerraron 189 empresas del sector, aunque en su mayoría, se estima, serían pequeñas contratistas y unipersonales, según publicó el sitio Punto Biz.
Griot distinguió que la plaza rosarina se caracteriza por tener muchas constructoras medianas y pequeñas, a diferencia de Córdoba y Buenos Aires, y "eso hace que las recaídas de la actividad se noten menos. Acá empezamos a la baja, pero en el segundo semestre el sector repuntó. Ninguna empresa grande cayó", concluyó.
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