Desde Córdoba

La final de Boca y Central, animada por más de 50 mil hinchas, quedó manchada y será recordada por la actuación de Diego Ceballos. Porque el árbitro no convalidó un gol legítimo de Central, le dio a Boca un penal que no fue y omitió, sobre el cierre del encuentro, un fuera de juego de Chávez al señalar el segundo tanto. Los canayas dominaron gran parte del juego pero no tuvieron la lucidez ofensiva que lo caracterizó en los últimos encuentros y la ilusión auriazul se escurrió entre dedos. O mejor dicho, entre los pitazos del árbitro.

Un marco de público y fervor espectacular contagió de nervios de los dos equipos. Boca intentó dominar en el comienzo del partido, pero Central le impuso marca fuerte y doble a Tévez. Central también lució nervioso por el marco y falló en sus aspiraciones de ataque.

La tensión en el Mario Alberto Kempes llevó al error a los jugadores y aparecieron las tarjetas: primero Pablo Pérez por falta a Musto, luego Meli por golpe a Cervi y llegaron las amarillas para Musto y Salazar.

Los equipos no podían llegar con juego armado al área rival, aunque el canaya generó sensación de riesgo con pelotas detenidas. Porque Ruben ganaba siempre por arriba, y lo hizo en un tiro libre de Cervi, superando a Orión con un espectacular cabezazo. Pero el línea marcó fuera de juego de Larrondo (perceptible solo en repetición por televisión) al tomar carrera y Coudet explotó en su reclamo.

El Chacho bramó de insultos para Ceballos y se fue expulsado. Los reclamos eran justificados, el exceso verbal lo sacó de la cancha. Pero Ceballos perjudicaría aún más a Central. Sería en el segundo tiempo, cuando Boca intentó reaccionar.

El canaya jugó el complemento sin Villagra y con Ferrari en su reemplazo. Otra vez había paridad, pero Boca se esforzaba aún más para darle profundidad a sus ataques, y allí surgió Pinola con grandes cruces a tiempo. Pero Boca tenía a su equipo en campo auriazul y de un lateral se escapó Peruzzi, Ferrari lo tocó de atrás fuera del área, claramente, pero Ceballos marcó penal. El línea no corrió el fallo y Lodeiro puso a Boca en ventaja con derechazo bajo y cruzado, con García yendo a su izquierda.

Central respondió con decisión y llevó a Boca a defenderse en su área como única posibilidad de sostener el partido. Al canaya le faltó claridad. Porque Fernández no participó en el juego y solo había opciones de gol cuando Cervi buscaba a Ruben. Y lo tuvo el goleador, con otro cabezazo, pero despejó Orión con mano derecha.

El partido ya era un escándalo, pero había más. Porque Boca no podía salir del asedio, tampoco lograba contragolpear y todo era dominio canaya, aunque Orión no tenía mucho trabajo. Central no era vertical en sus pases y se refugió en las pelotas paradas. Y a un minuto del cierre, Meli escapó por derecha y tiró un centro bajo y pasado para Chávez, quien solo la empujó sobre la línea, con García rendido, pero el pase lo tuvo en posición adelantada no sancionada por el árbitro. Y esos fallos fueron determinantes para arrebatarle la ilusión a los canayas.