En el Gran Rosario se cometen tantos homicidios como tentativas de este delito. Esos intentos de dar muerte a una persona, que logra sobrevivir por cuestiones fortuitas, se evidencian en cada uno de los turnos semanales de los fiscales de la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos. Hasta ayer, se contabilizaban 214 muertes violentas en investigación, en lo que va del año. Las estadísticas ya marcan una merma respecto del año anterior, cuando hubo 250 casos en el departamento Rosario, de los cuales 216 quedaron a cargo del nuevo sistema penal, que inició en febrero de 2014. Pero igual "preocupan". Es que los crímenes de enero de ese año son seguidos por el sistema de conclusión de causas. Del total de expedientes en trámite, las estadísticas de la Fiscalía -publicadas por este diario tras el informe de gestión que se dio a conocer semanas atrás- indican que hay un 56 por ciento de tasa de esclarecimiento de los crímenes consumados. "Con solo siete fiscales en la unidad y los mínimos recursos con los que comenzamos a trabajar, logramos esas cifras, que deberán mejorar el año que viene. Hay un compromiso del Ejecutivo provincial con la seguridad y con la Fiscalía, en materia de recursos", dijo Adrián Spelta, jefe de la unidad.

Los hechos caratulados como tentativa de homicidio, al principio de la investigación, pueden variar su calificación penal con el correr de la pesquisa, ya que debe probarse la intención de matar, por parte del victimario. Sin embargo, esos episodios deben ser investigados por los mismos fiscales de Homicidios. El dato que impacta es que por turno semanal, cada fiscal de la unidad especial suma entre cuatro y cinco homicidios, y "prácticamente la misma cantidad" de intentos para cometer ese delito.

La unidad trabaja con siete fiscales, en la actualidad, pero hasta hace unos meses eran solo cinco. De todos modos, para 2016 está previsto que se complete la "necesidad" de diez fiscales. Además, mucho de los casos que se investigan tienen a menores involucrados, pero hasta que la pesquisa no arroja ese dato o sospecha sobre el presunto autor, la causa no puede ser derivada a la Justicia de Menores, donde debe investigarse. Con ese dato de la cantidad de homicidios y tentativas, un fiscal puede acumular unas ocho investigaciones por semana. La idea de la unidad, cuando se completen las vacantes, es que cada investigador cuente con dos meses y medio para avanzar en esas causas, antes de que llegue nuevamente su turno. Hoy ese tiempo es menor. Si bien la mayoría de las investigaciones demanda mucho tiempo de espera, sobre todo cuando deben hacerse peritajes complejos, hubo causas que llegaron a juicio en apenas nueve meses, y que lograron condena en esa instancia, según destacaron desde la unidad.

En ese sentido, Spelta indicó que para el año que viene se proyecta un juicio por mes, al menos en el primer semestre, debido a que ya hay expedientes en los que se avanzó con la audiencia preliminar al juicio, donde el fiscal debe presentar toda la prueba que llevar al Tribunal de enjuiciamiento contra el imputado. Se trata de una instancia comparable al antiguo procesamiento de un acusado. Allí, un juez analiza si los elementos son suficientes para sentar al sospechoso en el banquillo.

Para el año que viene, además de llegar a los diez fiscales, la idea es que cada uno de ellos tenga un empleado, dos brigadistas de la Polic¡a de Investigaciones (PDI) y que cada equipo cuente con un móvil. Los empleados necesarios, según se indicó, son los mismos que siguen trabajando en el antiguo sistema penal y que van siendo traspasados a medida que se cierran causas.

El de los recursos necesarios es uno de los temas que se conversó días atrás, en una reunión que los fiscales de la unidad y Baclini tuvieron con un grupo de familiares de víctimas. En el encuentro, los deudos plantearon su necesidad de justicia; mientras que los fiscales escucharon su planteo y los pusieron en conocimiento de los recursos con los que cuentan.