María Teresa Gómez estaba descolgando la ropa en la soga del patio de su casa de barrio Unidos, en Agustín Magaldi al 9800, cuando llegaron unos siete policías que patearon su portón. Un solo efectivo entró a la vivienda, le pegó a José Oscar Pérez, el marido de María Teresa y a la hija, Gabriela. Era cerca de la medianoche. Cuando la mujer entró a pedir explicaciones por esa irrupción, recibió por lo menos dos piñas, aunque Gabriela dice que le siguió pegando. La familia quedó conmovida. Sin antecedentes penales, no entendían lo ocurrido. Por eso, María Teresa fue a radicar la denuncia en la subcomisaría 22, de Forest y Donado. Grande fue su sorpresa cuando encontró al mismo efectivo, que empezó a pegarle nuevamente, a la vista de sus compañeros. Más tarde, su marido también concurrió a la seccional, y corrió la misma suerte. De hecho, hasta ayer seguía detenido por "resistencia a la autoridad y encubrimiento", con una orden del fiscal José Luis Caterina. María Teresa estuvo detenida hasta ayer a las 6 de la mañana. "Me tenían esposada y mi marido les pidió que me sacaran las esposas. Me ficharon", relató la mujer. Cuando pidió una ambulancia porque brotaba sangre de sus heridas, una mujer policía le acercó papel higiénico mojado para cortar la hemorragia. Antes de liberarla, el mismo policía agresor le hizo firmar un acta en la que la acusaban de resistencia a la autoridad y encubrimiento. Ella lo firmó, para salir de la seccional, pero no pudo leerla porque con los golpes, también le rompieron los anteojos. Además, le hicieron fotos de las visibles heridas en la cara, la oreja y un brazo y cree que la revisó un médico forense.

Apenas salió, la familia de María Teresa recurrió al abogado Federico Garat y presentó la denuncia al Ministerio Público de la Acusación. Según pudieron averiguar, el policía que los agredió se llama César Robledo, y es cabo primero. "Quiero que un tipo así no siga estando en la fuerza", expresó ayer Néstor Ibarra, el ahijado de María Teresa. "No tengo antecedentes, jamás había sido detenida", expresó la mujer, de 57 años, que ayer seguía con el ojo muy hinchado y hematomas en la cara y el cuerpo.