Mar 15.03.2016
rosario

CIUDAD › IMPUTAN A UN INSPECTOR MUNICIPAL POR LA MUERTE DEL CAFé DE LA FLOR

No se tomó el deber en serio

La fiscal Valeria Piazza determinó que el empleado incumplió con su responsabilidad al permitir que siguiera funcionando el bar pese a las deficiencias de la instalación eléctrica. El 12 de octubre murió Adrián Rodríguez por una descarga.

La fiscal Valeria Piazza de la Unidad de Homicidios Culposos imputó ayer a un inspector municipal por la Tragedia del Café de la Flor, en la que el 12 de octubre pasado falleció Adrián Rodríguez, bajista de la banda local Raras Bestias al recibir una descarga eléctrica. Se trata de Pablo Akerman, un inspector de planta permanente de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, que al momento de la tragedia estaba al mando de Pablo Seghezzo. Es que mientras el inspector había dado el visto bueno para funcionar, un informe de peritos reveló a la justicia que las instalaciones tenían deficiencias importantes desde tiempo atrás. El Ministerio Público de la Acusación lo imputó por el delito de "incumplimiento de los deberes de funcionario público", pero resolvió su libertad.

Según destacaron ayer fuentes judiciales, fue el último que estuvo en el bar de Mendoza 862 e informó que estaban las condiciones adecuadas para su funcionamiento. Desde el Ministerio Público de la Acusación informaron que el agente había realizado una inspección en el local en abril de 2015, y en el informe correspondiente aseguró que el bar se encontraba en adecuadas condiciones para su funcionamiento.

Sin embargo, el resultado de las pericias sobre la parte eléctrica del café fue contundente. Parte de esos informes llegaron a la Justicia en diciembre y otros a principios de marzo, y en ellos se evidencia claramente que las instalaciones presentaban importantes fallas y deficiencias de larga data.

El 12 de octubre pasado, Adrián Rodríguez, el bajista del grupo Raras bestias recibió una descarga eléctrica mientras tocaba y falleció. El 28 de octubre la fiscal Valeria Piazza imputó al dueño del local por "homicidio culposo". Ariel Scharf se abstuvo de declarar entonces y continuó el proceso en libertad. Concretamente, fue acusado de tener una "actitud negligente" e "inobservancia" de sus obligaciones como propietario del bar de Mendoza al 800, lo que provocó la muerte por electrocución del músico. La comprobación de que el disyuntor había sido desconectado del tablero eléctrico fue determinante para la Justicia.

La fiscal Piazza acusó a Scharf, de 43 años, por "violación de deber de cuidado que se le exige a un comerciante que brinda un servicio de espectáculos en vivo para cientos de personas y recibe a grupos musicales que se ven expuestos a los peligros que depara la electricidad por la instalación de equipos de audio e instrumentos". Y en la imputación remarcó que el acusado "creó un riesgo".

Scharf es dueño del local nocturno de Mendoza al 800 desde el 31 de julio pasado, cuando realizó la transacción de compra﷓venta con el empresario Pablo Galetti.

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