El Colegio Nuestra Señora de la Asunción, de San Martín 1771, fue escenario ayer de un emotivo homenaje. Organizado por el gremio de docentes particulares (Sadop), se recordó a la docente Graciela Lo Tufo, quien fuera secuestrada y desaparecida el 14 de abril de 1977. "Era docente de la educación privada, militante, con sueños, con vocación, con convicciones", la recordaron ayer su ex compañeras, amigas, familiares y la actual comunidad educativa.

"A 40 años del último golpe cívico militar, desde el Sadop Rosario recuperamos su historia, para buscar nuevos sentidos a las palabras Memoria, Verdad y Justicia", expresó el secretario del gremio, Martín Lucero. Luego se colocó una placa homenaje en el colegio donde Lo Tufo dio clases hasta el momento de su desaparición.

Por la tarde, en la sede de Montevideo 1567, se presentó el libro publicado por el Sadop Seccional Santa Fe, y se escucharon las voces de

de quienes compartieron con Graciela Lo Tufo ese tiempo.

Quienes se han ocupado de reconstruir la historia de esta docente rosarina coinciden en que "la alegría y el optimismo" eran las cualidades que la distinguían siempre. También la convicción de que había que unificar la lucha de los docentes de escuelas públicas y privadas. Con esa meta y junto a otros maestros formaron la Asociación de Educadores de Enseñanza Privada (Aeedep), de la cual ella fue secretaria gremial y la profesora Cristina de Pauli, la secretaria general, quien debió exiliarse en España.

Según recordaron sus compañeras de entonces, movida por defender los derechos del magisterio, Graciela también asistía a las reuniones que se hacían en la Casa del Maestro. En ese espacio, ubicado en pleno centro de la ciudad (Laprida 1423), participaba con otros docentes del sector privado y público de la enseñanza del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Rosario (Sinter). También integró el grupo "Contenidos" dedicado a la discusión teórica de lo que se enseñaba y aprendía por entonces. Debates que se apoyaban en la pedagogía de la liberación.

Hasta que el 14 de abril de 1977 las fuerzas militares de la dictadura se la llevaron de su casa. Tenía 26 años. Paradójicamente vivía en una propiedad lindera al entonces Comando del Segundo Cuerpo de Ejército, de Córdoba y Moreno.