La fábrica de acero Acindar suprimirá en julio uno de los tres turnos de producción con los que opera en su planta de Rosario, y eso significará la eliminación de 30 puestos de trabajo. La confirmación de la decisión empresarial encendió el alerta en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Presienten que es el principio del fin de la laminadora que funciona sobre avenida Presidente Perón al 8000, en el extremo oeste. Y que la intención es cerrarla y quedarse con otra laminadora mucho más cercana a su planta matriz, en Villa Constitución. Por eso ayer el gremio movilizó al Ministerio de Trabajo y al Concejo para sumar apoyos con el fin de sostener la continuidad laboral. La siderúrgica, propiedad de la multinacional india Arcelor Mittal, aduce razones como la caída de demanda del mercado interno y de las exportaciones, la presión del acero chino como competencia y la suba de costos como el de la energía eléctrica, su principal insumo.

Delegados de UOM acudieron ayer al Concejo, invitados por el peronista Eduardo Toniolli, para entrevistar a los ediles, en el marco de la comisión de Producción y Empleo que preside el radical Martín Rosúa. También asistieron el ministro de Trabajo provincial, Julio Genesini, y el secretario de Producción municipal, Ignacio Del Vecchio.

Anoche el titular de UOM Rosario, Antonio Donello, dijo a Rosario/12 que la fecha final para reducir la operatividad de la planta es el 31 de julio. No está definido aún el futuro de esos 30 obreros que trabajan en el turno que caerá. El gremio pugna por reubicarlos y evitar sus despidos. "Hace dos años que veíamos venir esta maniobra y queríamos evitarla. Fue cuando compraron un tren laminador y pedimos que lo trajeran a Rosario, porque hacía falta reinversión, pero lo llevaron a Villa Constitución. Luego compraron la planta Bonelli, en San Nicolás, a 8 kilómetros y con instalaciones más modernas. Todo da que pensar que quieren dejar caer a la fábrica de Rosario", dedujo Donello.

La planta de Perón al 8000 emplea a 150 de los 1200 operarios directos que posee la empresa en total. Hasta el año pasado fabricaba 1,4 millón de toneladas de acero por año, y el 30 por ciento de esa producción tenía destino de exportación. Es la empresa que entre 1968 y 1976 fue presidida por José Alfredo Martínez de Hoz, que luego, con el golpe de Estado, asumió como ministro de Economía de la dictadura. Desde 2006 esta siderúrgica, la más importante del país, es controlada por la multinacional de origen indio Arcelor Mittal. Sus ejecutivos alegan en el último lustro necesidad de achicar costos y mejorar competitividad ante la penetración del acero chino. Y en ese marco se inscribe la preocupación gremial. "Compraron una planta a 8 kilómetros, más moderna que Rosario, que está a 60 kilómetros y tiene más personal que aquella. La jugada está clara", desdeñó Donello.

Hace dos meses, Acindar dispuso suspender un turno en sus hornos de San Nicolás, ante la baja en la demanda de la construcción y de la industria automotriz.

El titular de la UOM, alineado con el secretario general nacional, Antonio Caló, advirtió que lo peor que se les viene encima es el mensaje que trasunta este achique de Acindar ante un arco de pymes metalúrgicas que comprometieron al gremio sostener personal a pesar de la retracción de la economía. "Ahora van a venir a plantearnos que ellos aguantan personal y que una multinacional, con más espaldas, levanta un turno. Esto va a generar una catarata de medidas similares", se alarmó el gremialista.

Por el momento no confirman medidas de fuerza. "Estamos agotando todas las instancias, y todavía no hay ningún despido. Ahora necesitamos del apoyo político, pedimos a los diputados nacionales que dicten una ley de emergencia ocupacional para que no haya despidos por un año. Es preocupante lo que se está viniendo", avisó.

Ayer en el Concejo, Toniolli trazó un cálculo lógico: "Si el argumento es que la planta no es rentable con tres turnos, mucho menos lo será con dos, donde los costos fijos para abrirla son los mismos". El concejal del bloque Justicialista propuso que los estados provincial y municipal condicionen a Acindar, en tanto proveedora de obra pública, de admitirla en contratos siempre y cuando mantenga la fuente laboral. "Acindar lleva más de setenta años en el país, y ha llevado muchas ganancias al país. Por lo tanto, el Estado debe imponerle hacer un esfuerzo por el sostenimiento de sus trabajadores".

Martín Rosúa, por su parte, acotó: "Hay causas reales como el exceso en la oferta mundial de acero o los aumentos de costos, especialmente el energético, pero es una firma que tuvo una altísima rentabilidad en los últimos 15 años".