Como hace veintidós años sucedió contra el plan menemista, hoy emerge desde un vasto arco de organizaciones del campo popular la convocatoria a una nueva marcha federal que marque el descontento popular hacia la administración del presidente Mauricio Macri. Así lo convocó ayer desde el Centro Cultural La Toma un mosaico de instituciones con sus militantes, con el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, como primera voz. La manifestación se realizaría en la última semana de agosto y sumaría, además, a sindicatos de la CGT unificada, por lo que sus impulsores descuentan que será "un golpe de realidad" para el gobierno nacional en manos de Cambiemos.

"Debemos armar una herramienta que signifique un paso adelante en la tarea de construir la resistencia a este gobierno de CEOS como (el ministro de Energía, Juan José) Aranguren, que están en los dos lados del mostrador, pero que en la práctica están de uno solo: el de las corporaciones", instó Yasky en una mesa compartida por otros dirigentes gremiales como Sonia Alesso, Roberto Baradel, Edgardo Carmona y Victorio Paulón, entre otros.

La iniciativa se propone reeditar aquella multitudinaria protesta de 1994 que recorrió el país y terminó en Buenos Aires, con sus dos centrales obreras en sintonía. Pero esta vez, se llamará "Primera Marcha Federal", como para denotar el cambio de época y de gobierno, aunque el objetivo de lucha sea similar.

La partida estaba prevista para el 17 de agosto, fecha sanmartiniana, pero a pedido de la CGT, que el 22 celebrará su congreso de unificación, se la marcha se realizará sobre los últimos días de agosto, quizás entre el miércoles 24 y el viernes 26.

La idea es iniciar columnas desde puntos bien remotos del mapa: "Desde la cárcel donde está Milagro Sala en Jujuy, desde Mendoza, desde Tucumán, la Patagonia y desde Chaco", dijo Yasky. Al segundo día, las columnas se encontrarán en dos actos simultáneos, uno en Rosario, el otro en Córdoba. "Para mostrar que el país se pone de pie", acotó. Ambos frentes llegarán al tercer día a Buenos Aires y convergirán en Plaza de Mayo. "Será el comienzo del camino de la resistencia contra el ajuste, será la demostración de la fuerza del pueblo", enfatizó el líder gremial.

Yasky convocó a la militancia a organizar la marcha "a pesar de los dirigentes sindicales que no reaccionaron ante el veto a la ley antidespidos y a los que llegaron al Congreso elegidos por el pueblo pero que ahora juegan para Macri". Advirtió que el establishment, a través de sus medios masivos, esgrime casos como el de José López ("ese nefasto y corrupto", lo definió Yasky) para "ensuciar y pretender que pidamos perdón por doce años de distribución de riqueza, de juicio a los genocidas, de decirle no a Estados Unidos y al Alca". "Quieren que nos arrepintamos del avance del campo popular, y esconden otra corrupción sutil, la de las cuentas offshore, el lavado de dinero y el narcotráfico", lanzó.

Yasky, que antes del acto firmó como amicus curiae de La Toma en el juicio por desalojo que enfrenta, exhortó a "unirse por abajo y batallar, porque el talón de Aquiles del gobierno es el pueblo movilizado en la calle". "Hoy es el momento -arengó-. Impidamos que nos lleven a un punto de derrota sin retorno. Que sientan que el piso se les mueve bajo los pies. No entienden otro lenguaje. A recomponer los pedazos de la unidad popular".