Comenzó ayer la pericia sobre la caldera siniestrada en el laboratorio Apolo, de Alem al 2900, que será fundamental para establecer las causas del desprendimiento, que dejó a un vecino herido, en junio pasado. Así lo confirmó el fiscal Walter Jurado sobre el trabajo que realizarán durante esta semana peritos de la Universidad Nacional de Rosario, tras la remoción de escombros, a cargo de Defensa Civil de la Municipalidad. En ese procedimiento se buscarán otros elementos que pudieron quedar enterrados tras el desprendimiento de una de las dos calderas a causa de una acumulación de vapor. Los trabajos se centrarán en la caldera y en el tablero eléctrico de la misma. "Estas tareas determinarán si fue una falla mecánica o humana, que puede haber tenido que ver con una negligencia o falta de mantenimiento, entre otras posibilidades", dijo el fiscal. Con esto se incorporará nueva evidencia que, en conjunto con otras, permitirá determinar qué responsabilidades penales hay en el caso. Sobre la denuncia de vecinos que apuntaron al funcionamiento de una oficina de Apolo, cercana al laboratorio, el fiscal aclaró que la Justicia no tiene injerencia sobre el funcionamiento o actividad comercial de la empresa, sino que se buscaba preservar el lugar del hecho, para la investigación. En la causa, todavía resta la declaración de varios empleados de la planta, pero los que declararon hasta el momento brindaron relatos coincidentes, según dijo Jurado.