La Comisión de Seguridad del Concejo Municipal, que preside Diego Giuliano (Rosario Federal), recibió ayer a Néstor Ciarnello y a Oscar Lupori, referentes en Derechos Humanos y trabajo social. Preocupados por la situación de los jóvenes marginados, realizaron un crudo diagnóstico y aportaron propuestas para cambiar el paradigma, con inserción social y contención a partir del trabajo y la educación. "Nos alarman todas las medidas represivas que se están tomando. Estamos ante un cuadro muy complejo y hay que entender la dinámica de la violencia", plantearon. "Hay que dedicarle un tiempo a esta realidad, entender que el delito no tiene el origen en nuestros muchachos y adolescentes", agregaron.

Ciarnello, coordinador de la Asociación Civil Padre Mugica en barrio Ludueña; y Lupori, coordinador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y docente de la UNR, pidieron hace unos días participar de la reunión de la comisión, tras la aprobación de una batería de proyectos vinculados a la seguridad, con la intención de realizar algún aporte.

"Si los gobernantes, funcionarios y legisladores no se dan cuenta que existe una trama social distinta, y que la violencia se vive continuamente, y que el problema de ellos es ver cómo subsisten ese día, no habrá soluciones. No hay respuestas, nos encontramos con casos muy serios y graves y nosotros no podemos dar respuestas, lo que podamos hacer es paliativo", dijo Ciarnello. "Hay que hablar de inclusión, que está contrapuesto al tema que es absorbente que es la exclusión profunda que viven los jóvenes", subrayó.

Lupori precisó que la estadística es muy dura: "El 50 por ciento de los que salen de la cárcel, vuelven. Nuestras cárceles están en el 95 por ciento con gente joven; la mayoría por robo, el del chiquitaje, y por violencia de distintos tipos. Pero ese 95 por ciento son del mismo sector social. En el Irar no había un solo chico de clase media".

Al referirse a las dos últimas marchas en las que miles de rosarinos pidieron por seguridad y justicia, Lupori planteó: "Estamos en un escenario de mucha presión. La clase media mostró su gran dolor pero dio su diagnóstico, muy duro contra el Poder Judicial, y con propuestas al Poder Ejecutivo. Fueron muy contundentes en exigir dureza, que por momentos traducía una exigencia muy punitiva, de diente por diente".

El coordinador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos fue más allá al señalar que "hay que tener cuidado porque el discurso sobre el delito y la inseguridad, además del control social del pobrerío, tiene un segundo objetivo, ir generando la sociedad del control, más agentes de control y más cámaras de seguridad".

Ciarnello apuntó que una idea principal que debe primar para encontrar una solución es atacar el narcomenudeo: "Estoy hablando de comisarías, transeros, y los jóvenes que están en el medio, siendo víctimas. De allí sale la violencia ciudadana". Lupori agregó: "El problema no es solamente la policía, si no pequeños círculos de abogados, contadores y bancos que lavan el dinero". También plantearon su inquietud por el cierre de 32 centros Crecer: "Una pena porque es trabajo a futuro".

Del encuentro de la comisión, donde vecinos de barrio Cristalería denunciaron enfrentamientos armados, participaron los ediles Gabriel Chumpitaz (PRO), Lorena Giménez (PPS), Sebastián Chale (Radicales Progresistas), y Pedro Salinas (Ciudad Futura).