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Familiares de los muertos que dejó la explosión de Salta 2141, hace más de tres años, se encadenaron ayer por algunas horas en la puerta de la sede de Litoral Gas, como forma de protestar por la demora de la Justicia en iniciar el juicio oral y público contra los once procesados.

"Estamos cansados de que no haya fecha de juicio, así como hoy estamos encadenados a Litoral Gas, llevamos 39 meses encadenados a nuestra propia vida, presos de esta gente que sigue trabajando como si nada sucediese", explicó Marcela Nissoria, viuda de Hugo Montefusco, fallecido en aquella catástrofe del 6 de agosto de 2013.

Nissoria y Claudia Vaio - madre de otra víctima, Santiago Laguia- se plantaron ayer al mediodía en la puerta de Mitre y Santa Fe con los símbolos ya conocidos del dolor: la pancarta, la remera, la estrella negra y el número 22 que expresa las personas que murieron por la deflagración que siguió a la fuga de gas de una instalación deficiente y mal controlada.

La bronca de estas mujeres enfoca directo contra los abogados defensores de Litoral Gas y de sus técnicos y otros procesados por los trámites que interponen - aseguran- para dilatar el inicio del juicio oral que finalmente arribe a una sentencia definitiva sobre la peor tragedia de la historia rosarina. Y contra el juez Ismael Manfrín que recibe las impugnaciones y planteos del caso. "Estamos cansados, el juez le hace caso al defensor en todo", protestó Vaio, y con su compañera de causa señalaron que uno de los acusados, el jefe de inspectores de Litoral Gas, Claudio Tonucci, pidió de nuevo una licencia laboral para viajar. "Justo en estos días uno de ellos pidió el segundo permiso para viajar, le sacaron los embargos. Me pregunto ¿tienen 22 muertos en los hombros y están tan tranquilos que pueden armar viajes?", se indignó Nissoria.