Transcurrido el primer año de los tres que establece el acuerdo firmado por el Programa Agricultura Urbana y el Programa Nacional Pro-Huerta INTA, los primeros parques-huerta de la ciudad comienzan a tomar forma y ya tienen proyectos para su mejoramiento. En el parque-huerta de La Tablada, que va desde Lamadrid hasta Ayolas pero que ocupará sólo hasta Gutiérrez con huerta y el resto será destinado a parque, "se está terminando la infraestructura", informó el coordinador del programa, Antonio Latuca, y aclaró que ya están arando la tierra para comenzar a trabajar inmediatamente. Diferente es la situación en Molino Blanco, donde "ya había huertas comunitarias y a partir del parque-huerta se pueden agrandar, se hizo un rediseño, se está cambiando de lugar la cancha de fútbol, y se va a tomar una parte nueva", detalló Latuca y destacó que para este parque, así como para los que se encuentran en barrio Las Flores y en el Bosque de Los Constituyentes, recibieron ayuda del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Si bien ninguno de ellos funciona todavía como parque-huerta, es decir como un espacio de integración entre la agricultura, la recreación, la cultura y la educación, sí ya comenzó a haber visitas de instituciones vinculadas a la temática. Según adelantó Latuca, se planea "utilizar estos espacios como espacios educativos de lo ambiental, del reciclaje, de hábitos alimentarios, y de las plantas medicinales".

Cabe aclarar que la mayoría de las huertas surgieron como respuesta a la crisis del 2001, "pero se hizo necesario después buscar lugares donde se pueda establacer una infraestructura adecuada para producir", apuntó Latuca y agregó: "En estos lugares vamos a tener riego adecuado, cercos, caminos, espacio, las cosas mínimas necesarias para producir en forma sostenida y con calidad".

Para paliar las pérdidas que ocasionó la tormenta de granizo del pasado 15 de noviembre, los huerteros implementaron el Vale Verde, que permite comprar por adelantado 5 kilos de hortalizas variadas de estación por un valor de 10 pesos. De esta manera el huertero se asegura la venta y puede tener el dinero para invertir en producción, mientras que el consumidor se asegura verduras sin agrotóxicos que serán entregadas en la fecha que indica el vale. Si bien en principio este era sólo un método de recuperación luego de la tormenta, ya se están conformando las bases de datos con los consumidores que compraron Vales Verdes para relevar las zonas donde viven y comenzar a diseñar un sistema de delivery de verduras por pedidos semanales o quincenales a través de los vales.

En relación a esta iniciativa, Latuca remarcó que la intención es "acercarse a los consumidores" porque "en la sociedad actual no hay un encuentro real entre el consumidor y el productor, entonces la idea de esta agricultura es verle la cara al otro. Así uno ve las necesidades del productor, pero también el productor ve las necesidades que tiene el consumidor, y ambos pueden salir beneficiados". Vinculado a esta interacción, también se están buscando "otros socios, que pueden ser empresas privadas o artistas" que colaboren en la rehabilitación de estos espacios "para evitar el rol de un Estado proveedor de la gente pobre".

Otra de las cuestiones que se intenta mostrar desde Agricultura Urbana es lo "intangible" de este modo de producción, entre lo que Latuca señaló "los servicios ambientales que ofrece a la ciudad con el reciclado, el oxígeno de los árboles, la mejora del lugar, la no contaminación del agua, y las mejoras para el que consume y para el que produce porque no hay veneno".

Entre los proyectos para el 2007 se encuentra el de reciclar parte de la materia orgánica que se produce, a partir de un convenio con la Secretaría de Servicios Públicos y Medioambiente Municipal y el Pro-Huerta INTA. En este sentido, Latuca explicó que "el abono orgánico es una de las cosas más importantes porque mejora la tierra, y así mejora la sanidad de la planta", y aclaró que se trata de "un bien escaso".

Otro de los proyectos tiene que ver con la concienciación urbana sobre la soberanía alimentaria, a través de unas jornadas -que también se desarrollaron durante el 2006- organizadas en conjunto con la Oficina de Derechos Humanos de la Municipalidad, y de la que participaron dos escuelas "entregando plantines en las ferias y explicando los beneficios de consumir este tipo de verduras y de cambiar el hábito alimentario", relató el coordinador del Programa, y aclaró que "la idea este año es aumentar el trabajo con las escuelas y trabajar con ellas durante todo el año".

Además, se apunta sumar al trabajo con las escuelas una campaña de reciclado de vasos plásticos -de yogurt, mermelada, etc.- para que sean recolectados por los chicos y utilizados para plantines, sumado a "una capacitación para los docentes que estén interesados en trabajar con huertas y en interiorizarse sobre la soberanía alimentaria y la verdura sin agroquímicos", adelantó Latuca.

Más aún, el ambicioso proyecto ya planea agregar otros parques-huerta en las zonas noroeste y norte durante el 2008, aunque se está estudiando cuáles serían las tierras para ocupar, ya que deben emplazarse en lugares al lado de la autopista, a los costados de los arroyos o de las vías férreas, detalló Latuca quien destacó que "ya hay huerteros trabajando pero que las huertas que tienen les quedan chicas y necesitan espacios más grandes". En este sentido, aseguró que "la ventaja que tienen estos espacios es que permiten, además de un aumento de la escala productiva y de la calidad, una mejor planificación para trabajar en forma conjunta y tener toda la infraestructura".

Informe: Paula Kearney