Tras el reciente cierre de uno de los bares más emblemáticos de Rosario, La Buena Medida, que bajó sus persianas el 23 de enero pasado, la Municipalidad tiene prácticamente decidido lanzar durante el 2007 un programa tendiente a rescatar los viejos bodegones de la ciudad. "La idea es hacer un relevamiento, formar un catálogo de los bares antiguos que funcionan no sólo en el centro sino también en los barrios, y a partir de allí asesorar técnicamente a los propietarios sobre la mejor manera de aggiornar los locales", anticipó a este diario la arquitecta Mirta Levin, secretaria de Planeamiento municipal. La funcionaria incluso no descartó subsidiar parcialmente esas reformas a través del Programa de Preservación del Patrimonio Arquitectónico de la ciudad. Levin dijo ser partidaria "aunque algunos se opongan, de darle vida a esos bodegones olvidados, reformándolos sin dejar de lado su estructura original. No se puede congelar el tiempo", sostuvo sobre la oposición de algunos sectores -- fundamentalmente los históricos parroquianos-- a modificar el espíritu de los bares tradicionales.

Levin aclaró a Rosario/12 que en realidad la iniciativa tendiente a relanzar los viejos bares de la ciudad "la estuvimos armando el año pasado pero no pudimos anunciarla formalmente porque hubo otras prioridades en la agenda de trabajo de la Secretaría de Planeamiento. Tenemos intenciones de poder hacerlo finalmente este año".

El proyecto que ideó Levin junto a sus colaboradores contempla en una primera etapa la realización de un relevamiento integral de la ciudad para poder confeccionar un catálogo certero que incluya la cantidad de bares antiguos. "Lo que ocurre es que no sabemos con precisión la cantidad de bodegones que permanecen abiertos, cuántos tienen dificultades y podrían cerrar y cuántos trabajan con buena clientela", fundamentó la funcionaria, quien dijo tener en mente decenas de bares ubicados en los barrios frente a las plazas y que podrían recuperarse. "Y hasta los bares de viejos hoteles como el Savoy", agregó.

Una vez concluida esa etapa, la Secretaría de Planeamiento ofrecerá a los propietarios de los locales asesoramiento técnico profesional para avanzar en eventuales reformas al interior y exterior del bar. "La idea es poder repetir en cierta forma lo que hicimos con el bar El Cairo, donde asesoramos técnicamente a los dueños, y en la medida de lo posible se puede entregar un subsidio para el reacondicionamiento de la fachada que termina siendo un beneficio no sólo para el empresario sino para toda la ciudad, porque se embellece y se recupera una estructura de valor histórico", amplió Levin para después mencionar otros dos casos: el bar ubicado Olimpo, en la esquina de Corrientes y Mendoza, y otro en el barrio de Pichincha.

La secretaria de Planeamiento reconoció que en materia económica la cartera a su cargo se encuentra con ciertas limitaciones. "El fondo del Programa de Preservación tiene presupuestado para este año 250 mil pesos, difícilmente con esa cifra podamos cubrir todas las expectativas que tenemos", precisó Levin. Por caso, actualmente se está reparando una de las ochavas de la esquina de Mitre y Santa Fe, la mutual del club Español, tarea para la cual el municipio destinó cerca de 100 mil pesos.

Levin dijo ser partidaria de "encontrar un punto de equilibrio. Si bien hay mucha gente que no quiere ninguna reforma en los bares antiguos que tiene la ciudad, lo cierto es que si no se los acondiciona la gente no va más y terminan abandonados. Por esa razón nosotros apuntamos a la política de preservación no tanto a la conservación que se hace fundamentalmente en los monumentos, y que es que ya se ha superado, es como un virtual congelamiento del tiempo. Nosotros somos más bien partidarios de darle vida, renovarlos manteniendo, en lo posible su espíritu", se explayó la funcionaria. Según la secretaria de Planeamiento "es difícil evitar la modernización de esos bares, que sean aggionarnados, porque además los viejos bodegones no se sostienen. En todo caso es un interesante debate que se puede abrir", finalizó.

El debate alrededor del destino de los antiguos bares de la ciudad se disparó la semana pasada al anunciarse el cierre del tradicional La Buena Medida, ubicado en Buenos Aires y Rioja. Los nuevos propietarios del local anunciaron que reabrirá con importantes reformas, aunque no dieron más precisiones al respecto.