Si el lector que está leyendo esta crónica fue uno de los miles de rosarinos que debieron circular ayer a la mañana por el centro de la ciudad, habrá sido testigo privilegiado del caos de tránsito originado por el cierre de calle Entre Ríos, en su intersección con Santa Fe, debido a los trabajos que allí realizó la empresa Aguas Santafesinas SA. Mientras conseguir un taxi se convirtió en una tarea titánica, los nervios de los conductores, que avanzaban a paso lento, generaron varios cruces de opiniones entre peatones y automovilistas quienes sufrieron las consecuencias de un viernes atípico. La sensación que queda, luego de ver a tanta gente perder la paciencia, pugnando por tratar de llegar a su destino a tiempo, es que algo falla en la prevención por parte de las autoridades responsables de velar por la fluidez del tránsito. Desde la Dirección de Tránsito, su titular, Hebe de Marcogliese, afirmó que "lamentablemente es muy poco lo que podemos hacer. Siempre les pedimos a las empresas que realicen sus tareas de noche, o bien los fines de semana. Todos padecemos el problema y para nosotros es muy conflictivo porque necesitamos afectar a más gente".

Autos, colectivos y camiones congestionados, bocinas, gritos e insultos, sumadas a las siempre peligrosas maniobras que realizan los cadetes en sus ciclomotores, fue el panorama que ofreció ayer por la mañana el centro de Rosario. Un verdadero pandemonium que provocó muchas demoras y ataques de nervios. Desde muy temprano, por la mañana, operarios estuvieron trabajando en la reparación del asfalto en la esquina de Entre Ríos y Santa Fe.

El corte obligó a los vehículos que circulaban por Entre Ríos a doblar por Santa Fe, causando el habitual embotellamiento cada vez que una arteria de la zona céntrica se cierra al tránsito vehicular. Los que padecieron el inconveniente fueron los taxistas, quienes evitaron circular por las calles del centro, ya que avanzar por ahí se convirtió en una pesadilla. La falta de vehículos de alquiler generó la preocupación de los rosarinos de a pie, a quienes conseguir un taxi se convirtió en una odisea.

"Estamos llamando cada quince minutos y nos dicen que en cualquier momento lo terminan", se quejaba la Directora de Tránsito ante la demora de los operarios de Aguas Santafesinas en asfaltar la esquina de Entre Ríos y Santa Fe.

Voceros de la empresa indicaron que el lunes pasado se anunció que comenzaban los trabajos de reparación, debido a la rotura de una cañería colectora cloacal, que incluyó la reducción de calzada. Pero ese mismo día un colectivo realizó una mala maniobra y debieron hacer nuevamente el trabajo, cortando el paso por completo.

El arreglo se realizó en los tiempos habituales, pero esta vez fue la lluvia la que impidió compactar la tierra, una tarea previa a la aplicación de la loza de cemento, el último paso a la colocación definitiva del asfalto; algo que finalmente ocurrió ayer en horas de la tarde, y entonces el tránsito se normalizó.

Un taxista dijo a Rosario/12 que "después de demorar unos 20 minutos en recorrer calle San Lorenzo, desde España hasta Sarmiento, al centro ya no vuelvo más". Para el tachero, una de las soluciones para estos casos sería "poner los semáforos en intermitente". En este sentido, y ante la consulta de este diario, la titular de la Dirección de Tránsito explicó que "no se puede porque los semáforos están en red".

Según la funcionaria, una de las soluciones es que las empresas hagan las tareas en otro horario. "Les pedimos que lo hagan de noche, o los fines de semana, pero es evidente que no tienen en cuenta nuestros pedidos", se quejó Marcogliese, quien trazó un paralelo con los servicios de hormigonado, que también suelen dificultar el tránsito en el centro de la ciudad, explicando que "se les pide que hagan el hormigonado los sábados. Incluso para mañana (por hoy) tenemos solicitados 30 servicios en la zona céntrica".

Consultada sobre el por qué de la ausencia de su repartición en la última audiencia que la Comisión de Servicios Públicos del Concejo Municipal realizó con los responsables de las empresas de servicios, Marcogliese expresó que "en esa oportunidad no nos llamaron, pero está claro que la única solución posible es sentarse a coordinar".