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Generalmente homenajeamos a las trabajadoras textiles Mártires de principio de siglo en EE.UU, a Alicia Moreau, a Eva Perón o las luchadoras por el voto femenino. Hoy quiero rendir mi homenaje a las cualidades de aquellas mujeres y de estas que han estado cambiando las reglas del poder patriarcal.

El camino marcado por muchas mujeres quemadas en la hoguera por ser distintas a lo que el poder de turno exigía de ellas.

En las últimas décadas, a la lucha popular encarada por las militantes políticas y sociales, mujeres asesinadas, encarceladas, desaparecidas, torturadas, violadas, vejadas, exiliadas, extirpadas de sus hijos por la dictadura militar.

A la desgarradora y ejemplificadora historia de Madres de Plaza de Mayo, Abuelas, Hijas, Esposas y compañeras de presos, desaparecidos y asesinados.

A las Luchadoras sociales contra la pobreza y la exclusión. Organizadoras de la resistencia barrial, laboral, universitaria, de los movimientos agropecuarios, de piqueteros, de emprendimientos comunitarios, de profesionales, nucleadas en ONG o simplemente en la calle contra las injusticias, la inequidad, la discriminación, o el gatillo fácil.

Luchadoras contra la violencia familiar diaria, contra el temor y la condena pública.

Mujeres sobrevivientes, esposas y compañeras de los asesinados durante la represión policial 19 y 20 de diciembre de 2001.

Mujeres inundadas, amas de casa, sostenedoras de hogares, madres , sostén de familia.

Mujeres campesinas, indígenas, obreras golondrinas, deterioradas por el sol y por su dignidad de dar alimentos a sus hijos.

Mujeres que abortan por falta de educación, por falta de contención social, por incomprensión, por carencia de derechos. Luego son penalizadas por una legislación represora e inquisidora, donde la mujer pobre es castigada por el mismo motivo que la mujer pudiente hace abortos terapéuticos o preventivos. Porque no pueden hacer una planificación familiar acorde a sus necesidades y expectativas. Porque la legislación religiosa prioriza la potencialidad de vida de un feto a su propia vida. Porque tenemos derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, sin obligar a nadie.

Por mujeres como Sandra Cabrera asesinada impunemente por sus denunciados con la complicidad del poder.

Por mujeres delegadas sindicales de base que marcan con honestidad y dignidad a sus compañeros varones que siempre están vigentes los derechos de los trabajadores y nunca los negocios individuales a cambio de salarios indignos y precarización laboral.

Mujeres en la risa y las lágrimas, en el hielo y el fuego, "al borde de un ataque de nervios ocasional", o al borde de tomar decisiones trascendentes e imprescindibles en forma permanente.

Mujeres con sabiduría de ocupar sus lugares y luchar por ellos. En el coraje, en la discreción o la sobreexposición. Independientes, honestas, emprendedoras, impulsoras de lo colectivo.

Mujeres que diariamente ponen su esfuerzo e intelecto para avanzar en el camino de la equidad.

Mujeres abnegadas, multiplicadoras, trabajadoras eficientes, inteligentes, soñadoras, enamoradas, desobedientes, racionales, respetadas, pensantes, tenaces, capacitadas.

A todas ellas mi homenaje.

* Diputada Provincial ARI