Jueves, 21 de junio de 2007 | Hoy
Lo destacó el presidente Kirchner en su discurso de ayer en el palco del acto frente al Monumento. Estuvo acompañado por Cristina Fernández y gran parte del gabinete. En otro tramo, elogió a Obeid y Lifschitz que "dan un ejemplo de responsabilidad democrática y de no egoísmo".
Por Claudio Socolsky
La ciudad celebró ayer los 50 años del Monumento a la Bandera con un desfile cívico-militar que contó con la presencia de un importante número de autoridades, con el presidente Néstor Kirchner a la cabeza. Poco después de las 10, y luego de la bendición del arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa junto al intendente, Miguel Lifschitz, presidieron formalmente el acto de juramento a la bandera. Una hora más tarde, la comitiva presidencial y el gobernador Jorge Obeid arribaron al palco. Lifschitz indicó que el de ayer no fue "un día más para Rosario" y pidió que se modifique la legislación vigente para "respetar el feriado del 20 de junio". Obeid agradeció al presidente por las obras realizadas desde el gobierno nacional y celebró "el nacimiento de un nuevo país". Kirchner destacó "la lealtad y entrega permanente de los rosarinos, a los que están presentes y a los que no y forman parte de esta gran provincia y de esta gran ciudad". Los Asambleístas de Gualeguaychú y la ruptura del protocolo del presidente para saludar a la gente y firmar autógrafos, fueron el tono distintivo de un acto, al que pareció sobrarle marco, y que concluyó en el mismo instante en el que un fuerte chaparrón cayó sobre la ciudad.
Un pingüino inflable gigante, las pancartas que le daban la bienvenida a Kirchner por parte del Gobernador sumada a la carpa instalada por los inundados de Nuevo Alberdi frente al municipio y las mesas donde los Asambleístas de Gualeguaychú le pedían sus firmas a los rosarinos, se mezclaban con los voluntarios que debían trasladar a la bandera más larga del mundo; en definitiva, el símbolo al que miles de ciudadanos le iban a rendir su tributo.
Desde muy temprano, los concejales, diputados y senadores, junto a los diferentes funcionarios provinciales y municipales, departían en el palco mientras aguardaban el inicio del desfile, que comenzó 20 minutos más tarde de lo previsto. Previamente, el general Roberto Bendini le hizo entrega al intendente Lifschitz de una réplica de la bandera del Ejército de los Andes para que sea depositada en el Museo de las banderas del Monumento. A las 10.45, se llevó a cabo el juramento a la bandera, y el "Sí, Juro" se escuchó con fuerza en el Parque Nacional a la Bandera.
A un costado, el candidato a gobernador Hermes Binner, conversaba con la diputada María del Carmen Alarcón, mientras Aleida Guevara, la hija del Che, hacía lo propio con el presidente del Concejo, Miguel Zamarini, y el secretario de Gobierno, Juan Carlos Zabalza. En otro sector del palco, los senadores Rubén Giustiniani y Roxana Latorre, junto a los candidatos a gobernador y vice por el Frente para la Victoria, Rafael Bielsa y Carlos Galán, tomaban un café para matizar la espera.
El sonido de los helicópteros preanunciaron el arribo de la comitiva presidencial, desde el aeropuerto Islas Malvinas. A las 11.30, el presidente Néstor Kirchner, el vicepresidente, Daniel Scioli, la senadora Cristina Fernández, junto a los ministros del Interior, Aníbal Fernández, de Economía, Felisa Micelli, de Salud, Ginés González García, de Defensa, Nilda Garré, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el gobernador bonaerense Felipe Solá, Obeid y el diputado Agustín Rossi, se ubicaron en el palco para escuchar los discursos y presenciar el desfile. Entre el presidente y la primera dama un niño fue testigo privilegiado de la marcha de las agrupaciones. Más tarde, otra nena, con una camiseta que decía "Cristina 2007", también disfrutó del desfile al lado de los Kirchner.
El primero en hablar fue el intendente Lifschitz. "Hace solo 195 años, un 27 de febrero de 1812, el general Manuel Belgrano enarbolaba por primera vez el pabellón azul y blanco en este mismo lugar. 145 años más tarde se inauguraba este Monumento que hoy cumple su primer medio siglo de vida. Su construcción fue el resultado de la lucha de varias generaciones de dirigentes de la ciudad que lograron su objetivo con el proyecto de uno de los más grandes profesionales que dio Rosario, el arquitecto e ingeniero Angel Guido", precisó el jefe del Ejecutivo local.
Lifschitz agregó que "en estos 50 años muchas cosas pasaron en nuestro país. Hubo épocas de dolor, de desencuentros, de muerte y de violencia, frustraciones y crisis profundas que dejaron huellas profundas en nuestra memoria. Hoy tenemos esperanza y miramos el futuro con optimismo y eso ya es muy importante. Llevamos 24 años de forma ininterrumpida de vida democrática y cinco años de recuperación sostenida de la economía. Todos somos conscientes de lo difícil que entraña la tarea de satisfacer las demandas de cada uno de los sectores y al mismo tiempo de echar las bases de un nuevo proyecto nacional para los próximos 50 años con grandeza y visión de futuro".
Finalmente, el intendente aprovechó la ocasión para pedir por el feriado del 20 de junio. "Quiero insistir, como ya se ha hecho en otras oportunidades, sobre la necesidad de modificar la legislación vigente para respetar el 20 de junio como feriado nacional haciendo así una ofrenda a nuestro símbolo máximo y permitiendo que ese día puedan llegar a Rosario argentinos provenientes de todos los rincones del país", indicó.
El gobernador Obeid manifestó en su alocución que "la celebración de este 20 de junio tiene un aditamento ya que estamos conmemorando medio siglo del levantamiento de esta imponente obra de arquitectura que rinde homenaje a la bandera y a su creador". El gobernador agregó que Hace 50 años atrás se vivía otra realidad en nuestro país. No había democracia, gobernaba una dictadura sangrienta y sin duda esto opacaba los festejos de su inauguración. Hoy se vive una situación completamente distinta, en democracia, con libertad, con crecimiento económico ininterrumpido, con nuestras instituciones en correcto funcionamiento y con un presidente que mira hacia el interior y que ha volcado importante cantidad de recursos para obras públicas largamente esperadas en nuestra provincia".
En tanto, el presidente Kirchner agradeció la "lealtad y entrega permanente a los rosarinos de todas las ideas", destacando el trabajo realizado por Obeid y Lifschitz, que "dan un ejemplo de responsabilidad democrática y de no egoísmo, no aplicamos el clientelismo ni eso de quién se lleva esta voluntad para un lado o el otro con el objetivo de recuperar la potencialidad de Rosario".
"Quería compartir con ustedes -continuó- los anuncios que venimos haciendo y las obras que venimos realizando, como el Circunvalar para la que llegó el préstamo para su licitación y estamos en los últimos tramos, quería estar aquí para avanzar en las negociaciones definitivas de la hidrovía que va a potenciar de una punta a la otra de Santa Fe, abriendo la puerta a los puertos más importantes de la región y con fuerza seguiremos haciendo las inversiones que corresponden".
Después, y fiel a su costumbre, Kirchner saltó las vallas y rompió el protocolo para saludar al público. Fueron unos minutos, hasta que los pronósticos de lluvia se cumplieron y el palco fue copado por el público, quedándose sin autoridades.
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