La vergüenza de los jugadores de Tiro Federal escribió ayer un nuevo capítulo, en su corta historia del club en la primera división. Cuando el jueves se conocía la ¿renuncia? de Solari al frente del equipo, Carlos Dávola comentaba a quien quisiera escucharlo que el Indio no se había comunicado todavía con él. Los jugadores, dicen, tuvieron que pagar de su bolsillo el hotel donde quedaron concentrados, y viajaron a La Plata en un micro que no tenía aire acondicionado. Para un equipo que desea mantener la categoría, los imponderables son demasiados. Así y todo, con Juan Rossi en el banco, ayer estuvieron a punto de dar la sorpresa en La Plata. Eso sí, ningún dirigente se asomó por el vestuario antes del encuentro. El martes, cuando el plantel vuelva a los entrenamientos, quizá pueda saberse quién se hará cargo del equipo.