Las adolescentes que están planeando construir un Centro de la Juventud en Funes saben que sus pares son noticia por otras cuestiones, diferentes a sus proyectos e inquietudes. Aunque mencionan que en Funes hay muchos problemas "de inseguridad y drogas", ponen el acento en sus propuestas. Si se les pregunta sobre sus pares que protagonizan peleas callejeras, inundan teatros, se quedan a dormir en la escuela y defecan en un cajón, aseguran que esos jóvenes están "pidiendo límites". Sólo una, Ana Otaño, de 19 años, planteó: "A lo mejor están pidiendo que nos les pongan tantos límites". Sin confrontar, Natalia Bianchi, de 18, expresó lo contrario. "Los límites son necesarios, nos gusten o no, para tener una estructuras", consideró, mientras Pamela Larrecochea, de 18, se entusiasmó. "Quizás, si en lugar de estar en la calle, o a la deriva, tuvieran espacios de contención, no pasaría esto".