Peressotti no cree que haya un ánimo por expulsarlo del Concejo, ya que "por sobre todas las cosas, prevalece la independencia de los poderes. El Legislativo no puede estar sobre el Judicial, y hasta tanto su señoría se expida, no por el procesamiento, porque procesadas pueden estar muchas personas, pero hasta que no haya sentencia de culpabilidad, no creo que es decisión del Concejo Municipal. Pero si ellos así lo consideran, lo respeto".

Cuando Rosario/12 lo consultó sobre como tomó su separación del bloque, Peressotti contestó que "no con agrado, pero la respeto. Quizás lo que diga en este instante puede molestar a algunas personas, pero no estoy pasando por un buen momento en lo personal, y esta decisión del Concejo no me preocupa, me ocupa. No me soltaron la mano, porque nunca me la dieron".

Luego, pidió que lo dejen contar una anécdota. "Por una casualidad, que se da una sola vez en la vida, tuve la oportunidad de cruzarme en la catedral de Budapest con Hillary Clinton, por ese entonces primera dama de Estados Unidos. Me confundió con un grupo de turistas norteamericanos que estaba dentro -esto se lo comenté a Miatello, en un bar de Córdoba y Corrientes- y entonces comenzamos a hablar. Me preguntó si la había votado, y yo le dije que era de Argentina. Increíblemente, hasta que llegó la custodia y nos separó, me preguntó a qué me dedicaba: 'a la política y a los negocios', le contesté. Ella me dijo que eso era imposible, no se pueden hacer ambas cosas. Creo que debí hacerle caso a Hillary Clinton en ese momento. Y en cierta manera me arrepiento de mi paso por la política. Lo siento muchísimo por la gente, y le pido perdón si están cansados de ver mi cara por este tema".