Otra de las cuestiones sobre las que trabajan los operadores de calle es el consumo de drogas, aunque reconocen que "cuesta mucho problematizar la situación de consumo y su situación en relación al trabajo". Al respecto, D'anna, explicó que "obviamente, son pibes que vienen de familias adonde el trabajo ha dejado de ser ordenador hace tiempo", a lo que Toni agregó: "También está la cuestión de la relación con las fuerzas de seguridad, con la policía, donde en general los tratan como si fueran adultos. Y otra cuestión problemática es la cercanía a circuitos delictivos porque la pobreza y los barrios en donde viven hacen que muchas veces la transmisión de la cultura se de a partir de lugares donde circula mucha plata y adonde se vende droga, entonces es complicado. Otra cuestión difícil es la falta de vínculo institucional. Hay casos en que la familia tiene dificultades en el vínculo institucional, y eso atraviesa todo". Igualmente, se rescata que en el último semestre se registraron 54 niños que ya no concurren a realizar alguna actividad en calle.