La cantidad de madres con más de 4 hijos que dieron a luz en la Maternidad Martin bajó casi a la mitad en diez años, según surge de las estadísticas que se realizan en ese centro asistencial. En 1995, el 15,5 por ciento de las parturientas tenían más de cuatro hijos, mientras el año pasado ese porcentaje fue del 8,2 por ciento. El descenso fue progresivo y nítido durante los últimos diez años. La disminución habla de un cambio cultural, pero también de la existencia, desde 1997, de un programa municipal de salud sexual y reproductiva. De todas maneras, la vicedirectora de la Martin, Silvia Carbognani, puntualizó que los indicadores de madres con muchos hijos son muy diferentes en el centro, donde Rosario tiene números similares a París (una población muy envejecida) y los distintos barrios. En la zona noroeste -que concurre a la maternidad- están las mamás con mayor cantidad de hijos.

La apropiación de las mujeres rosarinas al programa de Salud Sexual y Reproductiva es tal que en plena crisis económica de 2002, el intendente Hermes Binner fue interpelado por las mujeres del distrito Oeste en las primeras reuniones del presupuesto participativo. Le exigieron que garantice la entrega de métodos anticonceptivos.

En cambio, las deficiencias en la atención de la salud sexual y reproductiva tienen otro indicador: en 2004 llegaron a la Maternidad Martin más de 370 mujeres con complicaciones de aborto clandestino, un número que bajó a 202 el año pasado. Se estima que esa reducción no implica una drástica merma en la cantidad de embarazos no deseados que se interrumpen, sino que desnuda la utilización del fármaco misoprostol. Esta droga provoca abortos con menores riesgos que los métodos caseros como las agujas de tejer y el tallo de perejil, o la intervención quirúrgica precaria a la que puede acceder la población que se atiende en la maternidad municipal.

La Maternidad Martin documenta día a día la cantidad de nacimientos, que se escriben en fibra sobre un pizarrón ubicado en la oficina de dirección. Cada día suman la cantidad de nacimientos y llevan un resultado parcial del mes. El panorama allí es muy distinto al que recuerdan los memoriosos de los primeros años de la democracia, cuando estaba tan desabastecido que debían poner papel de diario debajo de los cuerpos de las parturientas. Durante la intendencia de Horacio Usandizaga, los hospitales municipales no eran prioridad. Otra diferencia es que ahora los consultorios externos no están concentrados en el edificio de Moreno y Rioja, sino diseminados en los 50 centros de salud de la ciudad.

Más allá de las dificultades que siempre aparecen, hoy el panorama es diferente. Los datos se escriben rigurosamente, y luego son sistematizados -junto con otros- en el Departamento de Estadística, dirigido por Mónica Giustina. Para los directores del centro asistencial, Guillermo Carroli y Silvia Carbognani, los números son material invalorable a la hora de definir líneas de acción. Que no sólo tienen que ver con el embarazo adolescente sino con la mortalidad materna y neonatal, la cantidad de controles previos al parto y la cantidad de cesáreas.

Es por eso que la comparación de los números relevados en los últimos diez años se desprende que la madre de trillizas que concurrió el 2 de enero por primera vez a la Maternidad Martin sin saber que tenía un embarazo múltiple es hoy una minoría entre las pacientes de la Maternidad: sólo el 1,8 por ciento llega a tener su bebé sin haber realizado ningún control prenatal. Ese número ascendía al 9 por ciento en 1995. En tanto, en el año 2005, el 22,3 por ciento hizo de uno a cuatro controles y el 75,9 por ciento cinco o más. Otro indicador que mejoró, ya que en 1995 el 33,1 por ciento de las mamás iban entre una y cuatro veces a controlarse y el 57,9 concurrían cinco y más veces.

Claro que ahora es un poco menos difícil. Los consultorios de la Martin están descentralizados desde hace cinco años. Las mujeres concurren al centro de salud de su barrio para realizar los controles, y sólo si existe un alto riesgo deben ir hasta Moreno y Rioja, ya que funciona allí un apoyo matricial de interconsulta para los casos más complicados. "De esta manera, se mejoró la accesibilidad de las mujeres al sistema de salud, ya que no es lo mismo concurrir a tu barrio que irse hasta el centro", expresó la vicedirectora de la Maternidad, Silvia Carbognani.

Eso también explica la mayor precocidad en el inicio de los controles. Mientras en 1995, el 28,2 por ciento de las mamás que concurrían a su primera consulta tenía un embarazo de menos de 20 semanas, hoy ese número trepa al 62,8 por ciento, y sólo el 27,3 por ciento de las embarazadas comienzan sus controles después de la vigésima semana.

Otro tema que preocupa a las autoridades sanitarias es el aumento del número de cesáreas. "Es imprescindible abordar el tema desde la salud pública, porque los nacimientos por cesárea entrañan riesgos que no son debidamente conocidos por la gente. Cada vez se ve más una brecha entre el sector público y el privado respecto de la cantidad de nacimientos por cesárea, y la tendencia es a que aumenten sobre todo en los sanatorios", afirmó Carbognani.