La segunda sala de Iván Rosado dista por completo de ser el cubo blanco de la galería tradicional. Además de "obras de artistas de diversas generaciones", en una de las paredes hay un panel donde conviven los Sex Pistols, Andy Warhol y el autorretrato con los pintores amigos de Schiavoni. También hay un sillón y una heladera, que son parte de la familia. Junto a pinturas de Laura Spiva, que vive en Buenos Aires y es además gestora cultural, se pueden ver las de los rosarinos Daniel García y Evangelina Cipriani. Es una tentación la "batea de imágenes" de obras en pequeño formato: "Son pinturas, dibujos, fotos que traen artistas. Nos los dejan, finalmente a bastante bajo precio, dentro de lo que es el mercado de Rosario. Que lo vimos en la subasta, hay bastante poco mercado", dice Masuelli. Pronto Iván Rosado se mudará al centro, pero antes se despedirá con una fiesta que aún no tiene fecha pero ya tiene nombre: "Nadie sabe adónde va la noche". (Más información en ivanrosado.wordpress.com).