El objetivo del operativo en Santa Fe es "disminuir la cantidad de accidentes de tránsito", según el juez de Faltas, Héctor Valli. Por el momento, los controles se realizan en el microcentro y en horaraios pico: entre las 10 y las 12.30 y entre las 18 y las 20.

La atención se concentra "sobre los casos más graves, más emblemáticos, por ejemplo, pasar en rojo con una criatura o cuando uno lleva a otro sentado en el caño, o cruzan en grupo. Con los demás, tratamos de que tomen el ejemplo porque como todavía no se ha tomado plena conciencia los infractores son numerosos. Si nos ocupáramos de todos se nos llenarían las comisarías", explicó el magistrado, quien no descartó trabajar en el futuro con los casos más leves porque "este tipo de control no se para más", según declaró al diario El Litoral.

Una vez que la policía advierte que el ciclista pasa en rojo el semáforo, lo seguirá con el móvil y lo obligará a detener la marcha. Ante la ausencia de un registro de bicicletas, le pedirán la documentación personal y lo trasladarán a la comisaría para averiguar antecedentes, donde permanecen incomunicados. Al ser detenidos, los ciclistas tienen reacciones diversas: "Algunos no están al tanto de los operativos, hay quienes se enojan y otros que insultan a la policía. Les preguntan por qué no van a buscar a los choros", confesó Valli.

En caso de que se disponga una sanción, las multas pueden ser de hasta 900 pesos, arresto de hasta 30 días y, si la tiene, retiro de la licencia de conducir.