El Instituto de Biología Molecular Rosario (IBR) funcionaba hasta ayer en distintas dependencias del Centro Científico Tecnológico que el Conicet posee en La Siberia, el predio de Ocampo y Esmeralda. Lo que la presidenta Cristina Fernández inauguró ayer fue el edificio que permitirá a ese centro dependiente de la Facultad de Ciencias Bioquímicas trabajar en un mismo espacio, y bajo un techo sin goteras, tal como le confesó el propio jefe de investigadores, Diego De Mendoza.

La construcción de la nueva sede demandó 20 millones de pesos que aportó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Tiene 4 mil metros cuadrados en los que trabajarán 250 empleados del IBR.

El instituto desarrolla estudios sobre salud humana, biología y biotecnología vegetal molecular, y biotecnología aplicada a energías renovable. En ese polo de investigación científica funcionan, además, el Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos, Centro Internacional Franco Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas, Instituto de Física Rosario, Instituto de Fisiología Experimental, Instituto de Química, Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación y el equipo de Investigaciones Socio Históricas Regionales. También se cuenta en esa comunidad el Instituto de Agrobiotecnología Rosario, la Dirección de Asesoramiento y Servicios Tecnológicos provincial y una delegación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial.