El domingo 31 de agosto de 2008 a las 8.30 el panadero Germán Giosa hijo del dueño de Panadería Nieves, circulaba con su camioneta para realizar el reparto. Al llegar a una granja de Riobamba al 4300, estacionó el utilitario muy cerca del local que a esa hora aún estaba cerrado. El vehículo quedó sobre la vereda, de culata. Entonces se acercaron dos muchachos."Estaban bien vestidos, parecían como que venían de bailar. Cuando pasaron por delante de la trompa de la camioneta, el más grande de estatura se me vino encima y comenzamos a forcejar. El otro se sumó enseguida y me pegó en la cabeza con la culata del arma", rememoró el comerciante. El relato llegó entonces al momento más dramático. Los delincuentes le quitaron todo lo que tenía valor. "Les entregué todo", dijo el muchacho, "pero querían más, me insultaban y seguíamos forcejando. Hasta que en uno de ellos vio que se asomaba debajo del asiento de mi coche el revólver de mi padre", añadió. "Quemalo, que está calzado", fue la orden que escuchó Germán de boca de uno de los agresores. "El tipo que tenía el revólver gatilló varias veces, llegué a ver cómo giraba el tambor y te puedo asegurar que me apuntó a la cabeza, a un metro de distancia. Entonces agarré de un manotazo el arma y disparé tres veces al bulto", sostuvo. Los muertos fueron Matías Ascencio de 19 años que recibió un tiro en la cabeza y Nicolás Morel de 15 años, que murió con un disparo en el pecho.