Cuando el 31 de enero de 2012, el juez Luis María Caterina procesó a Sergio "el Quemado" Rodríguez, habían pasado apenas 30 días del hecho que conmovió a la ciudad. Para el magistrado, el segundo que tomó la causa durante aquella feria judicial (el primero fue Juan José Pazos), existió "un conjunto plural, concordante y unívoco de indicios que apuntan a la misma dirección: Rodríguez, enterado del ataque que sufriera su hijo (Maximiliano, baleado minutos antes del triple crimen) se dispuso a tomar una inmediata venganza convocando a otras personas". Para ello, "se dirigió a la zona donde suponía que estaba "el Negro" Ezequiel (el acusado de efectuar los disparos que dejaron a su hijo internado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez), o al menos sus amigos". Eran poco más de 3 de la madrugada, cuando la banda disparó contra cuatro pibes, de los cuales solo uno logró huir.