Una lista de historietas policíacas argentinas debe incluir las aventuras de Vito Nervio, a partir de 1945 en revista Patoruzito, con guión de Domingo Repetto y dibujos de Emilio Cortinas. Otros referentes son Mark Cabot (Alberto Ongaro y Carlos Vogt), en Rayo Rojo, y Cayena (Héctor G. Oesterheld y Daniel Haupt), en Hora Cero semanal. Eugenio Zappietro dará luz al teniente Zero Galván en Precinto 56, aparecida en Misterix con dibujos de José Muñoz, luego devenida serie de culto en Skorpio, con arte de Lito Fernández. Savarese, el inmigrante italiano agente del FBI, es la historieta magistral que Robin Wood y Domingo Mandrafina realizaran para la D'Artagnan de Editorial Columba. También Mandrafina ilustrará El condenado, con guión de Guillermo Saccomanno para Skorpio.

El ejemplo contundente es Alack Sinner, la obra maestra de Carlos Sampayo y José Muñoz, en donde un manto negro bañará para siempre el ánimo de cualquier lector. Otros grandes ejemplos son: Evaristo, de Sampayo y Francisco Solano López, a partir del comisario Evaristo Meneses; el clima sórdido de Perramus, de Juan Sasturain y Alberto Breccia; la Londres de nieblas y misterios de Inspector Bull, de Carlos Albiac y Horacio Lalia; el pasado sin condena de Sarna, el policía desagradable de Carlos Trillo y Juan Sáenz Valiente; y las bravuconadas infaltables de Boogie, el Aceitoso, de Roberto Fontanarrosa.