Desde hace cinco años los vecinos de barrio Sarmiento vienen escuchando la versión de que el estadio de Argentino se quiere vender. Y muchos vincularon el pedido de convocatoria de acreedores, sucedido en diciembre de 2001, con la negociación de la cancha. Es que, por entonces, el club debía sólo 200 mil pesos a acreedores privados. El resto del pasivo, que tras el concurso ascendió a 900 mil pesos, correspondía a incumplimientos con la AFA, la Asociación de Técnico y la AFIP.

El concurso, que fue administrado por el juez de la 3º Nominación Hernán Carrillo, fue homologado bajo el compromiso de los salaítos de pagar 900 mil pesos en tres cuotas (300 mil cada una) anuales y consecutivas, siendo el primer saldo de pago en diciembre de 2006.

La cancha de Argentino es la única propiedad que la institución tiene a su nombre. Fue escriturada a mediados de los `70, cuando la viuda de José Martín Olaeta decidió donar el terreno ante el incumplimiento de pago de la dirigencia. Olaeta entregó el predio el 12 de abril de 1944 bajo un "compromiso de devolución en cuotas anuales, y a 20 años, con el 5 por ciento de interés". El club jamás saldó un sólo peso. Y tras su desaparición la familia de Olaeta decidió donar los terrenos, aunque para eso exigió que se incluyera en los estatutos del club un apartado donde se aclara que "en casa de desaparición de la institución, o de tener menos de 10 socios, el predio debe ser donado al Hospital de Niños Zona Norte". Esta clausura conserva el compromiso social de los Olaeta y que la actual dirigencia parece no querer interpretar.