› Por Rudy
Ynuevamente, lector, llega Semana Santa, unos días con tanto peso en nuestro calendario, que siempre nos preguntamos si no podrían compartir algunas de las efemérides con otros días del año, para que sea más justo y parejo, cosa que no le interesa a nadie, y para que haya más feriados, cosa que sí.
Porque fíjese, lector, por orden de aparición, en el mundo, tenemos para empezar, El Peisaj o Pesaj, la celebración judía del fin de la esclavitud en Egipto, y el comienzo de 40 años en el desierto, con Moisés a la cabeza. Esto data de unos 3500 años: tres mil quinientos años comiendo guefilte fish (pescado relleno), y uno que se pregunta cómo conseguían pescado, en el desierto. Pero se trata de una cuestión de Fe: “Si creés en el pescado, comerás pescado, aunque en tu plato haya soja”, podría decir alguien, tal vez un político con aspiraciones de liderazgo mesiánico, que nunca faltan.
Pero está bueno que el primer festejo, el más antiguo, tenga que ver con la libertad.
A continuación vienen las Pascuas, el cristianismo celebra la Resurrección comiendo huevos de chocolate, roscas y un montón de cosas improbables de conseguir en la Judea de aquellos tiempos, invadida además por los romanos. También se come pescado (recordemos el origen judío del cristianismo), peeero... ¡No se come carne!, cosa que se debe a motivos religiosos, y no, como rumoran algunos malpensados, a que ya en aquellos tiempos el precio del novillo estaba por las nubes, o que los ganaderos mandaban pocas cabezas al mercado, porque querían derrocar a las autoridades, o porque lo exportaban todo a Roma, Fenicia o Caldea.
Tenemos luego el 2 de abril, día en el que una consigna muy cara al país fue tomada por un grupo de militares muy caros al país (sí que nos salieron caros, ¡eh!), tomaron las Islas Malvinas, y ahí empezó otro momento de nuestra historia. Lamentablemente, algunas cosas todavía están bajo un manto de neblina, y ahora dicen que tal vez estén bajo un manto de petróleo.
Cinco años después, era Semana Santa, aunque no 2 de abril, otro grupo de militares decidió que como el pescado estaba caro, iban a comer betún. Al menos eso es lo que les quedó en la cara, quizá no se pasaron bien la servilleta. Armaron un ¿pusch, motín, rebelión, entremés, simulacro? En Campo de Mayo. Las tropas “leales” fueron enviadas a reprimirlos, y parece que, 23 años después, están por llegar a darles su merecido, aunque quizá sea un poquititito tarde.
Finalmente, lo que mucha gente festeja, se llama “Findesemanalargo Santo”, o sea, la posibilidad de ir a rezar en contacto con la naturaleza, el sol, la playa, la montaña, el campo, la piscina, el casino, la cancha, o el lugar que cada uno elija de acuerdo a sus creencias, que acá respetamos todas en tanto no nos hagan daño.
Nos vemos el sábado que viene, lector.
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