¡La copa, la copa, se mira y no se toca! ¡Vamos vamos, Argentina, vamos vamos, a bailar, que este año, el campeonato, lo ganamos con Pugliese y el zorzal! ¡Vení vení, bailá conmigo, que un amigo vas a encontrar, y de la mano de Julio Sosa, todos la vuelta vamos a dar! ¡Ya se van, se van para el ballet, se van para el ballet, se van para el ballet! Ah, lector, ¡qué emoción, qué alegría, qué pasión, esto del mundial de tango!

Porque... mire, ya nos sacaron del mundial 2010 esos alemanes irrespetuosos que no tuvieron en cuenta la trayectoria del Diego y se atrevieron a meternos 4 goles esa mañana olvidable de sábado sudafricano...

Después, en nuestra propia casa, los hermanos orientales no le tuvieron piedad al Checho, y a pesar de que nos empataron, nos ganaron... ¿Dónde quedó la solidaridad rioplatense? ¡Primero las pasteras, y ahora esto! ¡Cualquier día dicen que la asignación por hijo y Tecnópolis son uruguayas! (No lo hagan, que en tal caso les reclamaremos a Zitarrosa, Telecataplum, Santiago Silva y Maslíah, entre tantas glorias que supieron conseguir.)

Después el sub 20, los portugueses... la lleva Pereyra, la pasa Pereyra, sostiene Pereyra... y otra vez los penales y ¡afuera!

Pero esta es la nuestra, lector... ¿en tango, quién nos va a ganar? Es cierto que los europeos están en un “yira yira”, los yanquis cantan “dónde hay un mango, viejo Obama”, Berlusconi anda por el “enfundá la mandolina que no estás pa’ serenatas” y a Strauss-Kahn le quisieron cantar “Audacia” (“no debe ser nada bueno si hay que andar con todo al aire, y en vez de batirla en criollo, te la baten en francés”), pero no.

Lo del tango es viejo: ya lo cantaban Caín y Abel (¿te acordás hermano?), Noé (garúa...), Dalila (pero hay una melena, melenita de oro...) o Salomón (primero hay que saber partir...), y lo siguen cantando los jóvenes, los ancianos, los adultos, todos y todas y todys.

Pero es nuestro, y ahora que viene el Mundial de Tango, es nuestra oportunidad de ganar la copa, la supercopa y la recopa, reemplazar el 4-4-2 por el 2 x 4, y dar la vuelta olímpica entre cortes, quebradas, ochos y firuletes.

Y nosotros, que somos algo torpes a la hora de sacarle viruta al piso, queremos estar ahí alentando a nuestros compatriotas, y acompañándolo a usted, lector, con chistes, como lo hacemos desde... ¡Uy, ya estamos por cumplir 24 años!

Hasta la semana que viene, lector.