¿Vio, lector, lo que pasó en Paraguay? De repente se les ocurrió que el presidente Lugo era el culpable de todos los males acaecidos y por acaecer en la zona, le adjudicaron una serie de delitos, empezando por el de “mala praxis”, y siguiendo por la crisis, la inseguridad, la mala diplomacia, la epidemia de fiebre amarilla, la guerra contra la triple alianza, el hecho de que hace rato Olimpia no gana la Libertadores, la falta de una vacuna efectiva contra el sida, la guerra de Troya, la peste, el sarampión, la brucelosis, la fiebre porcina, la vaca loca, la estafa de los sea-monkeys, el hecho de que el pan con manteca engorde, la culpa de que el chipá no haya reemplazado a la hamburguesa como fast food en todo el mundo, la contaminación ambiental, la extinción de los dinosaurios, el hecho de que haya petróleo en el Golfo Pérsico y no en el Paraguay, que no se haya filmado “Ultimo chamamé en París” o que en los ’60 los hippies no impusieran “Sexo, droga y chamamé” al mundo. Que la tierra sea plana (sí, aunque no sea plana, igual Lugo tiene la culpa de que lo sea), y todo lo que usted quiera sumar a la lista de males que nos aquejan.

¡¡Por Dio, ¿con qué se dieron, con qué se dieron?!!

Porque una cosa ya bastante “tocame un vals” es que un alucinado se imagine que el presidente es el culpable de todo, pero otra muy diferente es que lo diga más allá del consultorio de su psiquiatra. Y otra mucho más loca es que lo medios lo crean y difundan, y mucho peor aún, es que el Congreso mismo se haga eco, juzgue al presidente y lo destituya “en menos de lo que un gallo canta un chamamé”. Eso no se puede hacer sin la ayuda de alguna sustancia, a mí no me lo cuenten.

Pero, bueno, el mundo está bastante loco. Veamos otro tema: ¿se imaginan los diarios europeos, o yankees, de esta semana? En medio de su crisis, los titulares: “Camioneros argentinos ocupan la Plaza de Mayo para pedir no pagar impuestos”. Podemos estar de acuerdo o no con el impuesto, o con la forma de calcularlo, o con si un salario es “ganancia”, todo eso entra en el terreno de lo discutible. Pero, se imagina a los europeos... “¿Y mañana para qué van a ocupar la plaza, para pedir dulce y leche en el desayuno?” Así podría titular algún diario francés, lituano o bosnio.

Pero no, difícilmente un diario europeo publique esa noticia; las buenas noticias no tienen buena prensa. Y menos aún si transcurren en un lugar taaan lejano para ellos, que hasta 1492 creían que la Tierra era plana, por culpa de Lugo.

Y con este mundo tan loco, querido lector, no nos queda sino aplaudir el proyecto charrúa de legalizar la cannabis, también conocida como marihuana, y producirla y venderla a precios módicos a los connacionales (no a los extranjeros) que así lo deseen y se registren a tal efecto.

Porque, por un lado, creemos poder consensuar con el hecho de que no estamos apoyando el consumo de esta ni ninguna otra sustancia, pero pensamos que no debe ser considerado un delito hacerlo. Y por otro lado, es posible que la marihuana, finalmente más suave que las otras drogas, evite el consumo de sustancias más pesadas, que llevan a alucinar y dar golpes de Estado. O cosas parecidas.

Nos vemos la semana que viene.