› Por Rudy
¿Cómo le va, lector? ¿Se dio cuenta de que ya estamos en julio? Sí, aunque parezca extraño, ya se nos fue la mitad del 2013 (acá puede usted agarrarse la cabeza con ambas manos y decir “¡uy, cómo pasa el tiempo, si ayer nomás era 1965!”).
O bueno, ¡no se nos fue, lo pasamos nosotros! –dirá usted si es de los optimistas–. Y procederá a mostrarnos todo lo que usted consiguió en estos 6 meses, y cómo pasó a ser del alfeñique de 44 kilos, tímido y apichonado que era el año pasado, el top model de 44 kilos, deseado y envidiado que es ahora, gracias a que alguien le dijo que el secreto de todo estaba en la autoestima. Y usted le creyó.
Quizás en estos seis meses usted se casó. O se separó. O se casó y después se separó. O se separó y después se casó. Con otra persona. O con la misma... Quizás usted tuvo un hijo. O una hija. O su hijo se convirtió en hija. O fue abuelo. O encontró un ejemplar de una revista de 1943 que creía perdida para siempre. O recuperó a un viejo amigo gracias a las nuevas tecnologías. O tiene miles de nuevos amigos, todos enredados en la misma red social. O se enamoró. O nació. O fue padre, madre, tío, sobrino, padrino, concuñado, ex, tachangovio, eventual interlocutor.
No sabemos cómo cambió su vida en estos meses, lector, ni la suya, otrolector. Pero nos animamos a pensar que algún cambio hubo.
¡Y eso que no somos su psicoterapeuta!, ¡ni el encargado de su edificio, que no se pierde ni un detalle!
Pero es que así es la vida, lector... ¿Ah, no es más así, ahora es asá? Bueno, eso es lo que le queríamos decir, que la vida está cambiando siempre. Las personas tratamos de saber lo que va a pasar, pero lo único que logramos saber es que no sabemos lo que va a pasar.
Muchas veces ni siquiera sabemos lo que pasó. De hecho, por un canal nos dicen que pasó una cosa, y en otro canal que pasó la otra. O que pasó lo mismo, pero quiere decir otra cosa, que el sentido, la dirección de la noticia, es muy diferente. Dijimos alguna vez que cualquier noticia puede ser tomada en un sentido o en otro.
Fíjese, por ejemplo, el cuento Cenicienta: puede ser, para un medio, un caso de movilidad social, en el que una ex mucama llega a princesa. Y para otro medio, un tremendo caso de inseguridad, en el que a una bella joven que salía de bailar cerca del palacio de gobierno le roban todo, y sólo le dejan un zapato.
Nos la venden cambiada, nos la venden cambiada.
Hablemos de los cambios.
Julio, lector, es un mes de cambios. Porque usted cobró su medio aguinaldo, y entonces podrá destinar el dinero a comprar lo que siempre soñó, o a soñar cosas extrañas y pagarle a su analista para se lo interprete. O para que le diga a qué numero jugarle a la quiniela. Y ganar más dinero, y así.
Porque en julio están las vacaciones de invierno, y mucha gente viaja rumbo a lugares desconocidos y descubre sensaciones nuevas, increíbles. O se entera, por ejemplo, de cuál es el límite de su capacidad de soportar niños corriendo, saltando, deglutiendo, preguntando y contradiciendo, en su propia casa.
Pero además julio es un mes histórico.
Julio es el mes de nuestra independencia. Estamos ya a casi 197 años de aquel glorioso 9 de julio de 1816, cuando el Congreso de Tucumán declaró que no sólo éramos libres, sino que también éramos independientes. Y no solamente de España –lo que era previsible– sino también “de toda otra dominación extranjera”.
Este último no es un dato menor, fue agregado especialmente, y especialmente ignorado en tantas situaciones históricas, cuando se quiso que fuéramos “la perla de la corona” o “el primer mundo” o “tuviéramos relaciones carnales”, para no hablar del ALCA y otros intentos, muchas veces fallidos, y otros, lamentablemente no tanto.
Y el 4 de julio, pero de 1776, Estados Unidos declaró su independencia de Inglaterra (aunque no sabemos si declaró que el resto de los países del mundo iba a ser independiente de USA... Mucho nos tememos que eso no), y los valores democráticos, de libertad y de los derechos humanos, entraron en vigencia. No digamos que los cumplen siempre, pero al menos hicieron un montonazo de películas en las que sí. Y algunas están buenas
Y el 14 de julio, de 1789, el pueblo francés tomó La Bastilla y le dijo al rey Luis XVI que a partir de ahora era Luis 0. Y levantaron ideas de libertad, igualdad y fraternidad. Y también hicieron películas en las que esos valores se cumplían. Pero a veces, como hace pocos días, cuando el presidente de Bolivia debía atravesar el espacio aéreo francés para volver a su país, no sabemos si les falló la libertad, la igualad o la fraternidad, pero algo les funcionó mal.
Pasaron más de 200 años, y las ideas de esos movimientos revolucionarios están ahí. A veces se cumplen, y otras veces, tampoco. Y a veces, se intenta. De esos valores, de los cambios positivos, progresistas, populares, habla este suplemento. Como siempre, con chistes.
Nos vemos la semana que viene, lector.
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