› Por Rudy
¿Cómo le va, lector, cómo anda? ¿Festejando a más no poder? ¿Imbuido del espíritu navideño, del espirituoso alcohol, o de la libérrima revolución de la alegría?
¿Está usted diciéndoles, por ejemplo, a nuestros novedosos gobernantes “Si no nos venos, felices fiestas” –frase que tiene el paradójico doble sentido que condiciona la felicidad de las fiestas a “no verse”, a la vez que desea un buen pasar a quien se alude–? Vendría a ser algo así como “pasala bien, pero lo más lejos posible de mí”. Es una especie de felicidad “perimetral”: “Si no nos vemos, todo bien, pero si nos vemos.. Hmmm!”
¡No, lector, estamos seguro de que eso no es lo que pasa! ¿Cómo le va a decir usted “mejor no vernos” a autoridades que recién acaban de asumir y todavía no sabemos qué es lo que van a hacer? ¿Cómo dice? ¿Que ya sabemos, y no solo eso, sino que ya lo hicieron, o que ya empezaron con todo? ¡Guau, miau, Grrr, Roarrr... teruteru, cuac! ¡No nos alcanzan los animales para demostrar nuestra más profunda sorpresa!
Pero, lector, ¿usted está seguro, está segura, lectora, estás segurito, lectorcito? ¿No seremos parte, todos nosotros, de la campaña del miedo? ¿Een serio devaluaron, en serio aumentaron los precios, en serio están por sacar los subsidios, en serio reprimieron y prometieron volver a hacerlo cada vez que el teleprompter lo sugiera?
¡No lo puedo creer, pensé que era una pesadilla que me agarró por haber comido de más en Navidad y se me iba a pasar el lunes a la mañana! ¿Pero cómo, no era que ganaron las elecciones? Entonces no haría falta reprimir... digo, les debería alcanzar con movilizar pacíficamente a sus partidarios, para que levanten sus banderas y se hagan sentir como mayoría, ¿no?
¿Se imaginan ver en la plaza, con multitudinarias banderas amarillas, a los grupos La Griesa, La Cavallo, La Devaluadora, Dos Mil Uno Vuelve, Unidos y Dolarizados, gritando a toda voz, cantando a favor del Proyecto Importado y Liberaaal? No, ¿verdad? En un country, capaz que sí, pero en la Plaza... Hmmmm. Además, si el costo de eso es que Mauricio baile de nuevo...
¡No, los argentinos tenemos un límite! Nos bancamos la mano invisible del mercado toqueteando nuestro cuerpo, nos bancamos que nos digan que no nos gusta el lomo, que solamente lo comemos cuando estamos enfermos, nos bancamos que cuando es alguien “de ellos” digan que es “independiente”, nos bancamos que nuestro sueldo se reduzca día a día, nos bancamos que las noticias pasen a segundo plano frente a los chismes de la farándula, nos bancamos papelones mercosurales, nos bancamos sinceramientos, correcciones y monitoreos... ¡¿Pero a MM bailando en el balcón de la Rosada!?
No sé que pensará Durán B, pero yo les aconsejaría cuidado con eso. ¡El baile, y sobre todo el balcón, son tradiciones muy preciadas por el pueblo argentino!
¡Miren si alguien filma ese baile, lo sube a la red social y luego recorre el mundo! ¡Vergüenza, escarnio, jolgorio mundial! Sería comparable a Lilita anunciando un Apocalipsis durante 12 años, y ahora, que tendría más chance de embocarla, silence in the night. O al propio MM, hablando sobre Venezuela. ¿Qué canal vio? ¿El teleprompter?
Bueno, lector, no nos vayamos tan lejos, decíamos que no entendemos por qué reprimen en vez de movilizar a su gente. Si no les gusta en la Plaza, bueno, en un shopping, pero movilizar, para mostrarnos democráticamente que están dispuestos a defender sus ideales, que no cejarán hasta que las marcas importadas inunden nuestras calles, que no bajarán su bandera verde con la imagen de Washington.
Pero no.
Entonces, uno duda.
Uno, que siempre duda, duda más. Se pregunta qué habrá pasado, qué les habrán prometido, qué les habrán dado, que habrán comido.
Y con la comida, volvemos a las fiestas. Porque en las fiestas, se come, se toma, se habla, se brinda, se festeja, se discute, se desea.
Se mandan salutaciones del tipo PRO:
- Luche y vuelven... las marcas importadas
- Por un dólar libre, injusto y soberano
- Feliz 14... 14,5, 15, o lo que esté ese día
- Que este año se cumpla el ciento por ciento de tus deseos, sin retenciones
- Que todos los ricos coman... ¡uy, perdón! ¡Que todos coman rico!
Porque están de fantástica fiesta, Papá Noel viene con su silobolsa, trayendo utilidades para todos. ¿Para todos? Bueno, lector, usted ya sabe que cuando ellos dicen todos, no son “todos”, son “todos”.
Y a otros, quizás nos quede, con fe y esperanza, desearnos “Feliz Navidad y un próspero 2019”.
De todo esto, de las fiestas, de los brindis, de las copas, trata este suplemento.
¡Felicidades y hasta el sábado, lector!
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