No, lector, no es hoy, es mañana, mañana empieza la primavera, sembrando flores en nuestro vergel, cantan alegres los pajaritos, vuelven las oscuras golondrinas, el polen ya se esparce por el aire, con donaire, las mujeres se ponen cada vez más lindas y los hombres nos ponemos cada vez más calientes (y viceversa, supongo) la energía llena nuestros corazones de verde, los animales que hibernan despiertan de su letargo, los metrosexuales se empiezan a preparar para el verano, los economistas inauguran planes estremecedores (¿y se acuerda de los “planes primaveras?”), los chicos empiezan a contar los días que faltan para que terminen las clases. La vida misma, toda ella, se renueva con todo su fervor, su verdor, su hervor, ¡y además dicen que es la estación del sexo, ¿qué más se puede pedir?!

Y coincidiendo, porque siempre fue así, mañana domingo es también el Día del Estudiante. ¡Día del Estudiante! ¿Un domingo? ¡Qué mala puntería! Pero sí es. NO pasaron el feriado al lunes ni al sábado ni al jueves de dentro de dos semanas. Quedó allí. Y va a haber picnis, fiestas, de todo. Porque es la juventud, la adolescencia, en algunos casos la infancia prolongada, la que se expresa con toda su sensibilidad. “¡Sexo, vaya uno a saber qué cosas, y rock and roll!” Los vendedores de flores, de parabienes con este día; los vendedores de gaseosas, alcohol, preservativos y “vaya uno a saber qué cosas”, de festejo desenfrenado.

Es que se viene la primavera, los estudiantes, y el mundo es una fiesta. Es como para cantar “y ya lo ve, y ya lo ve, es para los del Hemisferio Norte que lo miran por tevé” porque ellos, pobrecitos, empiezan el otoño, se les vienen los días fríos, nublados, desmejorando hacia el mediodía con posibilidad de conflictos migratorios, ecológicos y xenófobos. Pero a ellos mucho no les importa, porque saben que pueden venir acá, que los recibiremos, como siempre, con los brazos, los bares y los puestos de artesanía abiertos, para que vengan, disfruten de nuestra primavera y nos dejen unas divisas de souvenir de su paso por nuestras tierras.

Pero hablemos de mañana, de los picnis, las fiestas, los cyberfestejos y todo, todo lo que esta primavera nos depara. La de hoy, la de mañana.

Feliz primavera, lector, y nos vemos la semana que viene.