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Viernes, 25 de septiembre de 2009

ES MI MUNDO > PATRICK COWLEY

El hombre máquina

Productor emblemático de la música High Energy, director del sello Megatone y responsable del sonido de San Francisco. Su corta e influyente carrera. Una de las primeras víctimas de sida de la comunidad disco gay.

 Por Gustavo Lamas

Alta Energía

”I Feel Love” de Donna Summer produjo un quiebre en pleno furor de la música disco. Ese tema, producido por Giorgio Moroder en 1977, fue el primer paso hacia un rumbo nuevo en la música para pistas. Bowie recuerda que, durante el proceso de su trilogía berlinesa, Brian Eno le hizo escuchar esa canción como ejemplo del sonido del futuro que cambiaría la música de clubes por varios años. No se equivocó, y aunque es cierto que ya existían artistas como Kraftwerk, que trabajan con esos sonidos electrónicos, acá se trataba de música pensada exclusivamente para la discoteca. La base mecánica de “I Feel Love” marchando como locomotora y los efectos de sonidos sintéticos eran toda una novedad amalgamada con los crescendos vocales de una extática Donna, subiendo en cada estrofa un escalón más. Ahí estaba la clave. Cuando le preguntaron a la Summer por este sonido, se le ocurrió soltar por primera vez el término “High Energy”, sin saber que estaba bautizando un nuevo estilo, el mismo que, algunos años después, sonaría sin parar en todos los clubes gay del mundo. Todavía faltaban quemar los últimos cartuchos de sonido disco más tradicional y soportar disparates como el movimiento anti-disco (Disco Sucks) que incluyó la famosa quema de LP en un estadio de football de Chicago, una manifestación tan cargada de odio contra los artistas que acaparaban los charts, como racista y homofóbica. Más allá de estas expresiones, con el cambio de década, la escena gay creció en visibilidad con las escapadas de fin de semana a Fire Island y en clubes emblemáticos como The Saint en pleno Manhattan o el Heaven de Londres, donde se cocinaría el nuevo sonido: menos funky, ritmos rápidos y bases electrónicas en sintonía con el synth pop europeo. La oficialización del término “High Energy” se dio con el tema homónimo de Evelyn Thomas producido por Ian Levine. El círculo se cerraría desde San Francisco, con Patrick Cowley remezclando “I Feel Love” para convertirlo en un extenso tema de 16 minutos. Por eso no es casual que al principio, a Patrick se lo conociera como el Giorgio Moroder americano. Luego impondría su propio “sonido Cowley” y se convertiría en uno de los productores más importantes de High Energy junto a Bobby Orlando, Bill Motley y Ian Levine.

Del laboratorio a la disco

Su primer acercamiento a la música fue a través de la batería, instrumento con el que atormentaba a su familia desde el sótano de su casa hasta que se mudó a San Francisco. En 1971 en el City College comienza sus estudios de sintetizador y participa del laboratorio de música electrónica en el que desarrolla sus primeros experimentos a partir del descubrimiento de la nueva tecnología. Con gran intuición y facilidad encara sus primeros temas para jingles, pistas de cantantes y piezas meramente electrónicas. Terminará involucrado en la escena de música disco de casualidad: trabajando como técnico de iluminación del club The City Disco, un sótano show room donde se presentaba la figura transgénero de la comunidad disco Silvester. Al tiempo se incorpora a su banda haciendo las veces de tecladista, sin mostrar aún sus cualidades como productor y compositor. Pero una vez entrado en confianza, sus compañeros de banda pudieron escuchar sus experimentos totalmente novedosos para el sonido R’n’B standard que tocaban. Silvester quedó atónito ante las cosas que Pat podía lograr con los sintetizadores y decidió incorporar a sus temas esos elementos que sonaban tan frescos en 1978. Así se gestó la dupla compositiva y Cowley terminó al mando de la producción de los más grandes éxitos de Silvester, como en “Star”, donde ya aparecen sus arpegios de sintetizador predominantes. De ahí en más no dejó de aplicar en sus producciones un sello de fábrica dado por la combinación entre el uso de sintetizadores, guitarras procesadas y hasta instrumentos armados por él mismo. La fábrica de hits ya estaba en funcionamiento y lista para despachar éxitos como “You Make Me Feel (Mighty Real)”, “Dance Disco Heat”, y “Can’t Stop Dancing”. Cowley aún permanecía en la banda y no le era nada sencillo incorporar la tecnología a la performance en vivo teniendo que lidiar con las fallas de los sintetizadores primitivos.

Al ritmo narcótico

En 1981 el dj de San Francisco Martín Blacmann funda el sello Megatone y asocia a Patrick. La discográfica sería una de las usinas emblemáticas de la High Energy y la plataforma ideal para que Cowley diera rienda suelta a sus producciones. De ahí en más se hablará del sonido Megatone. El mimo que imprimía tanto en sus propios discos como los que componía para otros artistas como Paul Parker. El dj Casey Jones fue claro a la hora de describir el contexto y las características de sus producciones: “Era un sonido narcótico y bien arriba. En esa época la escena gay disco, estaba además acompañada por el efecto de las drogas que te ponían up y la energía de su música sincronizaba perfecto con el subidón de ciertas sustancias. El mundo sonoro y la lírica eran inéditas, ya no se trataba de una extensión del soul y el R’n’B. Por el contrario, él introdujo elementos cada vez más fuertes, más rápidos, con la electrónica predominando y fusionándose con new wave, progresiva, ambient y acompañado por la imaginería hardcore gay en las letras”. El primer gran éxito del sello fue “Menergy”, algo más que un guiño a la comunidad gay. El estribillo repetía con vocoder aquello de energía masculina (menergy) hasta el cansancio en una letra que pintaba el espíritu de la escena: “Los chicos hablando en el baño, riendo en un cuarto o amándose en la habitación, todos hablando de esta energía. Todos conocemos el sentimiento, ya no hay misterios cuando hablamos de menergy”.

Lo más fascinante de su sonido es que lo logra en una época en la cual tenía que hacer malabarismos para sincronizar las máquinas. Está producido con sintetizadores muy precarios cuando aún no existían ni samplers, ni computadoras, ni siquiera buenos sistemas de syncro.

Para el año 1981, Megatone iba muy bien y sumaba a Silvester, quien había abandonado su vieja compañía disquera tras un conflicto por su imagen gay en la portada de los discos.

Entre el éxito y la agonía

La vida sentimental de Patrick es bastante misteriosa. Pero sí se conoce que alternaba su trabajo en el estudio con la vida nocturna y sus visitas a los “baths”, algo así como los saunas, donde se producía el intercambio clásico de hoy y de siempre. Sus amigos, como el productor Frank Lovederde, pensaban que quizás en esos días contrajo la enfermedad que se lo llevaría tempranamente, en el ’82. Casi nadie sabía algo sobre el sida por ese momento. Pero pronto la propagación del virus devastaría gran parte de la comunidad disco de San Francisco, a fines de los ’80 reducida a la mínima expresión. Patrick sería una de las primeras grandes figuras en morir por esta causa. El padecimiento de su enfermedad es paralela a su ascenso en los charts. Su primera gran complicación es una fuerte neumonía que lo deja hospitalizado mientras su primer álbum, Megatron Man, trepa los rankings. Silvester lo visita en la terapia intensiva y le propone que, en cuanto se recupere, vuelva al estudio para trabajar juntos nuevamente. Así milagrosamente revierte el cuadro y tras el alta se recupera en casa de su amigo/cantante Paul Parker, con quien había grabado uno de sus éxitos “Right on Target”, otro clásico High Energy. Por esos días estaba muy debilitado y hasta lo subían las escaleras a upa. En ese estado regresa al estudio para grabar “Do You Wanna Funk” junto a Silvester, que se convierte en un nuevo hit de la dupla compositiva. Patrick no parará de trabajar hasta sus últimos días. No se quejaba mucho, pero estar durante largo rato frente a los teclados le generaba tremendos dolores de huesos. De ese modo encaró la grabación de Mind Warp, el segundo de sus álbumes. Para algunos es el primer disco de la era del sida y para los más cercanos e íntimos, es el álbum de la muerte. Y aunque la música sigue manteniendo la energía y el pulso rítmico de siempre, hay temas en los cuales los decibeles bajan y las letras connotan con el período de oscuridad y paranoia que atravesaba ante la posibilidad del final inminente. En temas como “They Came at Night” o “Going Home” aparecen las sombras de lo desconocido. El fantasma de la muerte en pleno ritmo maquinal y la pirotecnia electrónica.

La última fiesta

Para festejar el lanzamiento de Mind Warp el sello Megatone realiza un agasajo en la galería Design Center. Pero Patrick ya no se encuentra en condiciones de ir esa gran fiesta. A escondidas del equipo médico prepara una salida transitoria del hospital. Así, en silla de ruedas participa de la celebración. Desde un balcón puede ver la actuación de sus cantantes entre los neones, lasers y estrobos. Patrick Cowley murió el 12 de noviembre de 1982 a los 32 años. Silvester recibió la noticia en camarines en plena gira europea y tuvo que salir a escena para interpretar su “Do You Wanna Funk” luego de transmitir la noticia a un auditorio colmado. Seis años después también moría de sida.

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Abajo, Patrick; atrás, Silvester.
 
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