Recordarán algunxs lectores que en el número de despedida de 2009, bajo la consigna de “Noticias de mañana”, dimos cuenta —entre varias edificantes novedades de cara al 2010— de un resonante asunto deportivo: el caso del jugador andrógino. Impactados por nuestro escalofriante poder anticipatorio, muchxs lectores inundaron de mails nuestra redacción para saber si bajo el rótulo de Andrógino nos referíamos al llevado (a Italia) y no traído aun de vuelta a la patria aunque sí convocado a la selección nacional, Jesús Dátolo. Si bien desmentimos la identidad andrógina del celestial jugador, no podemos menos que referirnos a la poco friendly actitud del club Napoli, donde milita Jesús, quien amenazó con acciones legales a la revista argentina Romeo Mag (e inclusive estudia sancionar al jugador) por unas fotos recientemente publicadas. En las imágenes Dátolo luce suelto, fresco y hasta insinuante, repitiendo un gesto de varios jugadores de fútbol que en los últimos años han posado para publicaciones gay. Y declaró que también estaba pensando en la posibilidad de un futuro de modelo. Así que resumiendo, Jesús se mostró distendido, amable, educado y sensual.

Pues bien, nada de eso conmovió al presidente del club, Aurelio De Laurentis, quien sostuvo que el problema no es que la publicación sea gay, gay friendly o mimosona sino que los derechos de imagen del jugador son propiedad exclusiva del Napoli. Pero también es cierto que en cualquier sitio de noticias, el reto al jugador por parte del Napoli va de la subrayada argumentación de que hay algo gay en todo esto, sea la publicación, las poses de Jesús o la sola idea de posar en ropa interior.

Así están las cosas al cierre de esta candente edición. Mientras se sigue desconociendo el exacto paradero del jugador Andrógino, ahora nos enteramos de que el Napoli no sólo es dueño del cuerpo de Jesús sino también de su imagen. Algo a lo que ni la Iglesia Católica parece haberse atrevido.